El milagro de Ana Sullivan, llevado al ajedrez
La imagen captada por el árbitro y fotógrafo Ismael Nieto en San Fernando ilustra la facilidad del tablero para integrar a personas con las capacidades más diversas. Un jugador sordociego participa en un torneo para invidentes
Claudia 'escribe' en la mano de José Manuel, jugador sordociego, las jugadas de su rival en un torneo de ajedrez, en San Fernando
La mayoría conocemos a Anne Sullivan por el cine. Anne Bancroft y Patty Duke ganaron el Oscar gracias a la magnífica película de Arthur Penn , que debería proyectarse en los colegios. 'El milagro de Ana Sullivan' ( ... 1962) cuenta el caso real de una maestra contratada como último y desesperado recurso para atender a Helen Keller , una niña que pasó de vivir como un animal a –hagamos una elipsis de muchos años– convertirse en la primera persona sordociega con un título universitario. La escena del 'milagro' todavía estremece, cuando la chiquilla comprende los rudimentos que le permitirán comunicarse por primera vez en su vida. Es un salto comparable a la invención del lenguaje.
Justo hoy termina en San Fernando un torneo de ajedrez organizado por la Federación Española de Deportes para Ciegos (FEDC) en el que participan José Manuel Martínez Torres y otras 40 personas con distintos grados de discapacidad visual. Nacido en 1972, José Manuel padece sordera y tiene una visión muy limitada, por lo que sin ayuda no puede conocer los movimientos de su rival. En La Isla cuenta con Claudia Herraiz , que le 'escribe' o signa las jugadas en la palma de la mano, gracias al sistema dactilológico. Luego, él reproduce el movimiento en su tablero. Para evitar errores de comunicación, «la asistente, que casi siempre es una mujer, le coge a veces la mano y ambos mueven la pieza». «Así le queda más claro», explica Ismael Nieto , quien lleva quince años en la ONCE y arbitra todos sus torneos, entre otras competiciones. Es también el autor de la foto.
El ajedrez es el deporte más integrador que existe. Hace poco se celebró incluso un torneo por internet . Los invidentes pueden practicarlo sin problemas, entre ellos o en torneos 'mixtos'. Solo necesitan el citado tablero auxiliar, para palparlo sin molestar al oponente ni derribar las piezas. El sentido del tacto suple el de la vista . «A los mejores se les suele distinguir muy pronto porque tocan poco», cuenta Ismael Nieto. «La imagen está en su cabeza. Los de nivel más bajo necesitan refrescar con las manos». El árbitro lo compara a lo que ocurre con algunos jugadores videntes, como Ivanchuk , que a veces parecen mirar el techo. Entre los grandes maestros son frecuentes desde hace décadas las exhibiciones 'a la ciega' .
Tablero especial
El tablero que usan las personas con problemas de visión tiene los cuadros blancos algo más bajos que los negros, y las piezas de este color llevan en su parte superior una protuberancia. Un orificio en el centro de cada casilla, por otro lado, permite 'clavar' los trebejos. «Los modelos son distintos. Muchos llevan el suyo y tienen las piezas pintadas de amarillo o de algún color que distinguen mejor. O incluso ponen un tapete verde debajo, para mejorar el contraste». El reloj, además, 'canta' el tiempo restante, que los jugadores pueden escuchar a través de unos auriculares. Cada ajedrecista dice en alto su jugada para comunicársela al oponente. Aquí es donde las personas sordociegas necesitan ayuda.
No es habitual, pero surgen polémicas . «El caso más típico es que las posiciones en los dos tableros no coincidan por algún error de comunicación. Hay que volver atrás y ver dónde se produjo la discrepancia. No suele ser muy conflictivo», aclara Nieto. Por eso, todos deben registrar sus jugadas, en planillas de distintos tamaños, en braille, que empieza a estar en desuso, o dictándolas con una grabadora.
En general, sin embargo, en estos torneos los ajedrecistas son más «apacibles», asegura el árbitro, y suelen tener un sentido del humor muy peculiar y necesariamente negro : «Les gusta hacer chistes. Se quejan de que en la sala 'no se ve nada', por ejemplo, o se burlan del rival por no haber visto alguna jugada». Y eso pese a que las personas sordociegas enseguida 'llegan a las manos' : «Son muy expresivas en lo gestual y, cuando hablan entre ellos, se cogen las dos manos en paralelo. Es algo espectacular». Lo importante, en cualquier caso, es que «no tienen ninguna limitación para jugar al ajedrez». «No sé cuántos deportes más pueden practicar», se pregunta Ismael Nieto.