Más de 300 policías y guardias civiles españoles refuerzan la seguridad en los Juegos Olímpicos de París

Francia había solicitado a 45 países que proporcionaran policías para reforzar la seguridad de este gran cita deportiva mundial. De los 1.750 miembros de las fuerzas del orden extranjeras que estarán presentes este verano en Francia, 314 son policías nacionales y guardias civiles españoles, siendo España el país con más agentes presentes en territorio galo.

El refuerzo español consta de 171 policías nacionales, que con el relevo ascienden a 224 agentes. Estos policías desplazados pertenecen a unidades de Intervención Policial, Caballería, Brigada-Móvil, guías-caninos especializados en explosivos, Unidad Central de Fronteras o los equipos anti-dron de la Unidad Aérea, entre otras.

Además, habrá 143 guardias civiles, procedentes de unidades como Seguridad Ciudadana, Fiscal y de Fronteras, el Grupo de Acción Rápida, el Servicio de Desactivación de Explosivos (SEDEX-NRBQ), el Servicio Cinológico y la Agrupación de Tráfico, entre otras.

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Cinco mandos de la Policía Nacional y seis de la Guardia Civil formarán parte de la Oficina de Coordinación Nacional para la Seguridad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos (CNSJ). Esta oficina ha sido creada por las autoridades galas para facilitar la integración de los refuerzos internacionales desplegados para la seguridad de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos este verano.

El reto estos días para los policías nacionales y guardias civiles españoles es «garantizar la seguridad de los Juegos en un marco de libertad, de convivencia, que se note cuanto menos nuestra presencia, pero evidentemente tiene que estar ahí», explicó Angel Manuel Siles, inspector jefe de la Dirección General de la Policía. Su trabajo es el mismo que harían en España pero «amoldado a las circunstancias de un gran evento como son unos Juegos Olímpicos», cuenta Siles.

A la hora de seleccionar a los agentes que han viajado a París se ha buscado a policías y gendarmes especializados en áreas concretas, con idiomas (inglés o francés) y con experiencia previa en despliegues internacionales, explica Miguel Cañellas, teniente coronel de la Guarida Civil destinado en el Estado Mayor.

Los policías y guardias civiles españoles están integrados en patrullas mixtas y siempre van acompañados de un gendarme o de un policía francés en sus desplazamientos.

«El oficio es el mismo», explica la guardia civil Inma García, que asegura que «la experiencia está siendo bastante positiva». La única diferencia con respecto a España es que patrullan en una ciudad desconocida para ellos como es París, por lo que deben «extremar las medidas de precaución y de seguridad. Pero por lo demás, todo es igual», asegura esta guardia civil de Majadahonda.

En caso de que los agentes españoles tengan que intervenir si se comete un delito o a la hora de socorrer a un ciudadano, lo hacen. Un guardia civil español se convirtió estos días en estrella en las redes sociales en Francia al participar en la detención de un hombre en el metro de París, junto a varios agentes franceses.

Fátima Canales Arce, oficial de guía-canino, explica que la coordinación con sus colegas franceses es muy buena. «El idioma canino es universal», explica esta policía, que cuenta que tienen un sistema de trabajo muy similar al de la unidad canina de los policías y gendarmes franceses.

«Todos nuestros perros son detectores de explosivos. En equipos disciplinarios con gendarmería y policía nacional francesa, realizamos inspecciones en áreas o instalaciones donde va haber competiciones deportivas y en el Palacio de Congresos», cuenta Canales Arce, que explica que a sus colegas franceses les ha sorprendido positivamente que los perros policías españoles viajen acompañados de un veterinario.