Magna Navarra, a semis con un gol a falta de tres segundos

Los dos equipos saltaron a la pista azul valientes, haciendo presión en toda la pista, y pronto Vadillo y Roberto Martil probaron suerte ante los porteros rivales. Pero poco a poco la presión empezó a funcionarle mejor a los de Imanol Arregui, que se hicieron con el balón para martillear la portería de Barrón. Hasta que en el cinco y medio Víctor Arévalo encontró la red, curiosamente culminando una rápida y precisa contra.El 1-0 espoleó al Palma, que probó en un par de ocasiones a Raúl, pero respondió de forma inmejorable el portero del conjunto navarro. Los de Juanito habían comenzado a hilvanar jugadas completas y en una de ellas Taffy igualó tras recibir de Burrito y golpear a la media vuelta.Se igualó el marcador y el juego sobre la pista, con un conjunto insular más estirado, si bien Murga pudo poco después desnivelar de nuevo la balanza con una gran jugada personal a la que respondió felino Carlos Barrón. Siguieron minutos sin un dominador claro, con latigazos aislados de ambos equipos. Una de las ocasiones más claras la tuvo Paradynski, pero su tiro lo desvió Raúl. Y respondió varios minutos después Roberto Martil obligando a una salida desesperada de Barrón que dejó en vilo al Quijote Arena, pues tanto el de Magna como el portero quedaron tendidos sobre la pista. Afortunadamente todo quedó en un susto y en una incomprensible tarjeta a Martil. El meta cordobés demostró después que se encontraba perfectamente con un par de paradas a Dani Saldise y Javi Eseverri, que contribuyeron a que el marcador ya no se moviera antes del descanso.El segundo acto comenzó con mucho juego elaborado de Palma, pero fue Magna quien creó mayor peligro. Como en una volea de Carlitos que obligó a estirarse a Barrón. El susto reactivó a Magna Navarra y hizo que los de Juanito dejasen de madurar tanto las jugadas en busca de un juego más directo. Era una nueva fase del partido, que ganó en velocidad y descontrol, pero ello no se tradujo en ocasiones claras. Por lo menos tan claras como para superar a dos guardametas en estado de gracia.A tres y medio para el final Arregui se atrevió a jugar de cinco, con Víctor Arévalo con la camiseta de portero. Su intención fue introducir alguna novedad, porque los navarros tampoco la aplicaron con la velocidad necesaria. Por lo menos hasta que restaban tres segundos para que sonase la bocina, cuando Carlitos sí aprovechó un rápido desplazamiento de balón para fusilar a Barrón, evitando los penaltis y quedándose el billete para semifinales.