bádminton
«Tras perder el primer set, mi entrenador me preguntó si quería morir por el oro»
Carolina Marín, campeona del mundo, optimista de cara al futuro: «Lucharé por el oro en Río 2016»
«Tras perder el primer set, mi entrenador me preguntó si quería morir por el oro»
Carolina Marín, reciente campeona del mundo de bádminton, ofreció en una rueda de prensa en el Consejo Superior de Deportes sus primeras sensaciones tras conseguir el anhelado oro . La ganadora entró sonriente en la sala y con la medalla dorada enganchada fuerte al cuello. ... Mostrando naturalidad ante la lluvia de fotografías que empapaba su rostro.
Entre tanta expectación recibió la Medalla de bronce a la Real Orden del Mérito Deportivo. «Seguro que pronto conseguirá también la de oro», aseguró entre sonrisas el Presidente del Consejo Superior de Deportes, Miguel Cardenal. Inmediatamente volvió a tomar la palabra: «Estamos ante un acontecimiento histórico . Pocas veces me he emocionado tanto viendo un triunfo como me ha pasado con este. Yo he visto crecer a Carolina, he visto como ha progresado y, cuando ví su victoria, los recuerdos se me acumularon en la cabeza. Retrocedí en el tiempo y recordé cuando ganaste (mirando a Carolina) con 15 años la medalla de plata en el Europeo sub 19. Gracias por todo».
Mientras tanto, la anfitriona, la verdadera protagonista, Carolina, se mostraba tranquila, pero sensiblemente emocionada. Todavía no era su turno. Tomó la palabra David Cabello, Presidente de la Federación de Bádminton: «Con 7.000 licenciados en España en este deporte hemos plantado cara al gigante chino. Esto es producto del trabajo en equipo. Fernando Rivas, responsable del CARD (Centro de Alto Rendimiento Deportivo) de Madrid, ha sido fundamental en todo ello. Carolina no es producto de la casualidad, ni resultado de los caprichosos milagros, sino del trabajo. Esto no es el final del bádminton, es el principio», afirmó con rotundidad.
Entonces tomó la palabra el entrenador, Fernando Rivas: «Mi intervención será corta», aseguraba entre sonrisas. Tras agradecer a todo el grupo humano que ha hecho posible este oro, dibujó un futuro prometedor: «No será la última medalla. Estoy convencido».
Y llegó el ansiado momento, el turno de la campeona: «Gracias a mi equipo. Sé que sin ellos no hubiera conseguido esta medalla que llevo aquí colgada. Gracias a Fernando, que desde los 14 años creyó en mí ». Mientras iba repartiendo agradecimientos, los ojos se le iban empapando de lágrimas. «Estoy muy emocionada». Terminó su primera intervención y se secó las gotas saladas con los dedos. En apenas tres segundos mostró toda la fragilidad que había mantenido oculta durante el campeonato.
Luego contestó las preguntas de los periodistas. Se mostró sorprendida por la cobertura que está recibiendo: «He flipado porque al aterrizar en Madrid encontré muchos medios de comunicaión». Y apuntilló: «Espero que esto sirva para dar a conocer los deportes minoritarios».
Es una chica con las ideas claras. Se nota en su mirada. Esa fuerza le ha permitido ganar el oro en la Copa de Mundo de bádminton. Su entrenador ha sido fundamental en este proceso: «En la final, tras perder el primer set, mi entrenador se me acercó y me preguntó si quería conseguir la medalla de oro, si quería morir en la pista por ello , por ver la bandera española ondear en vez de la china. Tras estas palabras, se fue. El efecto fue instantáneo. El cansancio desapareció de un plumazo. Luchar y no rendirme, ese era el propósito. Quería demostrarme que podía».
Y añadió: «Detrás hay mucho esfuerzo y sacrifico. Eso no se ve, pero está ahí presente. Durante las últimas semanas he estado preparándome en Tailandia. Entrenando una media de siete horas diarias, todos los días de la semana. Me levanto cada día a las siete de la mañana, y no me acuesto hasta las doce. Por suerte, todo esfuerzo tiene su recompensa. Eso sí, ahora toca descansar algunos días. Es momento de vacaciones».
Ahora que todo ha terminado, la felicidad no ha hecho más que comenzar. El futuro se antoja apetitoso, más para una chica de 21 años cuya sed de medallas parece insaciable: «Rio 2016 será el siguiente objetivo. Lucharé por el oro». Entre aplausos, sonrió a los asistentes y regaló un póster al Presidente de la Federación, que reflejaba la cara de la ganadora. Una foto de ella con la medalla al cuello, sonriendo. Se observó a sí misma con entusiasmo juvenil, saboreando su hazaña. La mirada de la ganadora por duplicado. Y es que esta victoria, por la importancia que tiene (desde 1999 ninguna europea había ganado el campeonato), vale por dos.
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