
Las peores lesiones en la historia del deporte
Los deportistas tienen impregnado en el ADN valores vitales como el trabajo en equipo, la lucha o el sacrificio pero no por ello están exentos de que el azar les castigue, muchas veces, con un precio excesivamente alto
Actualizado: GuardarLos deportistas tienen impregnado en el ADN valores vitales como el trabajo en equipo, la lucha o el sacrificio pero no por ello están exentos de que el azar les castigue, muchas veces, con un precio excesivamente alto
123456Paul George
El alero estadounidense tendido en el suelo tras sufrir tan nefasta lesión - USA Today Sports Paul George, jugador de los Indiana Pacers, se despidió del Mundial de España 2014 tras sufrir una terrible lesión de tibia y peroné en su pierna derecha durante el partido amistoso que disputaba su selección, Estados Unidos.
El mundo del baloncesto se estremeció con aquellos nefastos 5 segundos en los que se produce la lesión, lesión que tiene a todos los amantes de este deporte en vilo. La magnitud de la misma provocó la rápida reacción de la gente que se volcó enviando mensajes cargados de ánimo mediante el «hashtag» «PrayForPaulGeorge» a través de la red social de Twitter.
Ewald Lienen
Instantánea del jugador tras sufrir la brutal lesión en un lance del encuentro - YOUTUBE Ewald Lienen sufrió la que ha sido catalogada como la lesión más dura en el mundo del fútbol, cuando su equipo, el Arminia Bielefeld se enfrentaba al Werder Bremen el 14 de agosto de 1981. Una espeluznante entrada de un rival le provocó una herida de 25 centímetros de longitud, tan profunda que se le podía ver el hueso.
Aunque Lienen hizo un último esfuerzo para dirigirse al entrenador del Bremen, Otto Rehhagel, y recriminarle haber incitado al juego violento a su jugador. Aunque la imagen de su pierna dio la vuelta al mundo, esta terrorífica lesión le mantuvo alejado de los terrenos de juego 17 días tras los cuales volvió a jugar al fútbol.
Evander Holyfield
Tyson mordiendo la oreja de su contrincante durante la revancha por el título el título de los pesos pesados - reuters ¿Protagonista? Mike Tyson. ¿Lugar? Las Vegas. ¿Año? 1997.
Tyson se consagró como uno de los campeones más jóvenes de todos los tiempos con tan sólo 20 años e inmortalizó la escena más mediática nunca antes vista en el boxeo. El púgil estadounidense se midió a Holyfield (28/06/1997) por el título de los pesos pesados en una electrizante velada que recordó las gloriosas noches de otras épocas. La intensidad del duelo, el suculento botín en juego y, sobre todo, los continuos cabezazos de su rival provocó que «Iron Mike» perdiera los papeles en el tercer asalto, mordiéndole (en dos ocasiones) y arrancándole parte de la oreja.
El excampeón dejó unos números al alcance sólo de campeones con pedigrí. Se enfundó los guantes en 58 combates, de los cuales obtuvo 50 victorias (44 por nocaut) y 6 derrotas. Pasará a la historia, pese a su mala cabeza fuera del ring.
Kevin Ware
El joven jugador retorciéndose de dolor siendo rápidamente atendido por los médicos - YOUTUBE «Tranquilos, me van a operar y estoy bien. Ganad este partido por mí». Kevin Ware transmitió este mensaje en el descanso a sus compañeros de Louisville, que peleaban por una plaza en la Final Four de la NCAA ante Duke. Este aguerrido jugador se rompió la pierna derecha por dos sitios (tibia y peroné) tras una mala caída en una acción defensiva apartándole del básquet casi un año.
Esta aterradora lesión enmudeció el Lucas Oil Stadium y conmocionó al mundo del deporte. Muchas personas, desde el público, pasando por sus propios compañeros hasta llegar a los rivales, rompieron a llorar en ese instante aunque Ware no paraba de gritar «ganad el partido, ganad el partido». Louisville accedió a la final honrando así a Kevin Ware.
Tras superar la operación y la rehabilitación, Ware volvió a jugar un partido de baloncesto ocho meses después de tan fatídico día recibiendo una cálida ovación por parte del público. «He estado esperando este momento. Fue genial. Nunca antes sentí algo así» explicó al finalizar el encuentro.
Manuel Pablo
Los futbolistas, incrédulos ante tan escalofriante jugada - Archivo El fútbol castigó con severidad al deportivista Manuel Pablo al sufrir una doble rotura de tibia ante el Celta en 2001. El jugador recibió durante un lance del juego la entrada del brasileño Giovanella de la peor manera posible, cuando intentaba detenerse y girarse al mismo tiempo. Más tarde, las exploraciones médicas confirmaron también la rotura del peroné, pronóstico esperado después de apreciar las imágenes donde el jugador se retuerce de dolor levantando la pierna cuya parte inferior baila sin control.
El centrocampista brasileño intentó, en vano, reprimir las lágrimas al percatarse de la dimensión del daño. Finalizado el choque, llegó a reconocer: «Desearía ser yo el lesionado. Si pudiera estar en su sitio […]», sentenciando visiblemente afectado y sin consuelo: «Este es el peor momento de mi carrera deportiva».
La letal lesión de Manuel Pablo le obligó a no acudir al Mundial de Corea y Japón y no sería el mismo a su vuelta a los terrenos de juego. Tras su recuperación, la lesión sólo le permitió disputar 28 partidos en las dos siguientes campañas, sin embargo, actualmente continúa militando en el Deportivo de la Coruña rindiendo a un gran nivel.
Salim Sdiri
Sdiri alcanzado en el costado derecho por la jabalina lanzada por el finlandés Tero Pitkamaki - EFE Salim Sdiri, atleta francés, resultó herido al ser alcanzado en el costado derecho por la jabalina de otro atleta durante la celebración de la Golden Gala de Roma (el viernes 13 de julio de 2007). La jabalina le penetró siete centímetros sin atravesar ningún órgano vital, pese a las impactantes imágenes.
Sdiri no echó la culpa de la accidental escena al finés Tero Pitkämäki, responsable del suceso y que competía en las pruebas de jabalina. Más bien lanzó sus dardos hacia la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), a quien reclamó ampliar las medidas de seguridad para evitar ese tipo de accidentes. «¿Esperan a que haya un muerto?» declaró molesto a la prensa.