giro de italia

Nairo Quintana, veinte años después de Indurain

El colombiano, líder de la carrera, lucha por ella en el mismo equipo en el que se coronó Indurain en su momento

Nairo Quintana, veinte años después de Indurain efe

d. vilares

Al equipo Reynolds siempre le gustaron las vueltas de tres semanas. Tras cultivar a Pedro Delgado y descubrir poco menos que al escalador de la década, apareció un chaval, alto y con el pelo lleno de bucles, cuyo potencial era mayor, mucho mayor; sus piernas ... tenían talento para hacer lo que se propusiera. Se llamaba Miguel Indurain y ganó cinco veces el Tour de Francia y dos el Giro de Italia.

Desde entonces, el equipo cambió de patrocinador –Indurain corrió para Banesto; después llegaron Islas Baleares, Caisse d'Epargne y finalmente Movistar– y disfrutó de muchos ciclistas de talento: Abraham Olano, Alejandro Valverde, Joaquim Rodríguez, José María Jiménez... Ninguno era Indurain, pero no era normal encontrar a otro Indurain. Y aun así, hace dos años y medio Movistar fichó a Nairo Quintana .

Quintana es opuesto a Indurain: un escalador menudo y colombiano frente a un rodador navarro de casi 1,90. Pero desde «Miguelón» no cuidaban tanto Eusebio Unzué y compañía a un ciclista. Nairo fue especial desde el día uno: a los meses de debutar en Europa empezó a ganar carreras y en su primer Tour de Francia acabó segundo, y más fuerte que el ganador en la última semana.

Con 24 años, recién estrenado en el podio del Tour, la sorpresa fue que el equipo decidiera llevarlo al Giro en vez de a la ronda francesa. Hay distintas posturas sobre si la decisión fue buena o mala, pero ahora mismo Nairo Quintana está cerca de ganar su primera vuelta grande.

Si lo consigue –Urán está a 1:41 y es peor escalador, pero en ciclismo nunca se gana hasta la última meta–, sería el primer ciclista en ganar el Giro para la estructura Reynolds-Banesto-Movistar desde Indurain en 1993. Ahora mismo ya es el primero que lucha por la general de la «corsa rosa» desde el navarro en 1994, hace veinte años, cuando una exhibición de Pantani en la etapa del Mortirolo se llevó por delante sus aspiraciones.

Tras la gloriosa jornada de ayer , Quintana tiene en su mano suceder a Indurain, una misión para la que siempre estuvo destinado. Es demasiado bueno para que sucediera otra cosa.

Nairo Quintana, veinte años después de Indurain

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