ciclismo
A Pedro Delgado nunca le regalaron «una bicicleta» por Navidad
El ganador del Tour de 1988 habla sobre sus recuerdos de la Navidad, cómo la vivía de profesional y cómo la vive ahora
d. vilares
Aunque el mejor por cantidad de títulos fue Indurain , el mayor hito de masas de la historia del ciclismo español se llama Pedro Delgado . Estrella deportiva de finales de los ochenta, ideólogo del ‘periquismo’ y desde hace lustros popular comentarista televisivo. ... Por su carisma y su desparpajo ante los micrófonos bien podría retransmitir la Nochevieja, pero Perico disfruta de la Navidad con su familia. «Suelo pasar las fiestas en Segovia o Villablino (León), de donde es mi mujer», explica.
La Navidad en Segovia va unida a la bicicleta gracias a la «Carrera del Pavo» . La tradicional prueba consiste en completar con una bicicleta sin cadena un recorrido de 750 metros: la primera parte, cuesta abajo, desde el mismo Acueducto, para coger impulso; la segunda, cuesta arriba. «Participo todos los años», explica a ABC.es Perico . Este año no será una excepción, aunque parece que las montañas de Alpes y Pirineos se le daban mejor que la empinada calle Real de Segovia. «Quitando un año de lluvia y frío en el que participamos solo unos treinta o cuarenta, que quedé noveno, siempre suelo acabar entre el puesto diez y el veinte », reconoce el ganador del Tour de Francia del 88.
Mirando atrás, Delgado recuerda la Navidad con «ilusión» pero con las circunstancias de una España distinta, la de los sesenta. «Mi familia era muy humilde. Pedías lo típico, un ‘Scalextric’, un coche eléctrico o una bicicleta pero los Reyes siempre nos traían lo mismo: una caja de pinturas ‘Alpino’, un cuaderno y poco más ». El mejor regalo que recuerda Perico es un coche eléctrico «de los que iban con cable»; por suerte la bicicleta terminó llegando de otra forma.
Para un ciclista, los excesos de las fiestas navideñas son uno de los mayores peligros de la pretemporada. En los tiempos de Perico, la preparación se iniciaba más tarde —ahora las concentraciones de los equipos comienzan a finales de noviembre y diciembre—, así que no había ese problema, aunque sí recuerda algún Año Nuevo complicado por querer darle a los pedales. «Una vez salí a hacer bici sin dormir. Llegué a casa como a las seis, tenía mal cuerpo y entre una cosa y otra no pegué ojo », recuerda. «Me gusta usar la bicicleta como medicina».
Entonces los ciclistas no empezaban a andar en bici regularmente hasta «después de Reyes». Esos tiempos quedan lejanos: ahora Perico pasa la Navidad tranquilamente con su familia , como las personas que le gritaban a la tele en los veranos de los ochenta desde sus sofás.
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