
Los grandes perdedores de la historia del deporte
El infortunio o rivales más fuertes se cruzaron en su camino. Algunos alimentaron leyendas negras; otros fueron amados por el público
Actualizado: GuardarEl infortunio o rivales más fuertes se cruzaron en su camino. Algunos alimentaron leyendas negras; otros fueron amados por el público
123456789101112George Mallory

George Mallory (derecha) junto a otro miembro de la expedición de 1924 - ARCHIVO ABC «Ese pico, tan grande y tan bello, maravillosamente construido, majestuoso, terrible, impone respeto; al pie de sus laderas resplandecientes se debe permanecer humilde y maravillado», escribió el alpinista británico George Mallory, el hombre que pudo hollar por vez primera el Everest.En 1924 desapareció junto a Andrew Irvine a más de 8.000 metros de altura. Su cuerpo fue hallado 75 años después, en 1999. Persiste la duda sobre si consiguieron hacer cumbre, en cuyo caso se habrían adelantado 29 años al primer ascenso oficial, el de Hillary y Tenzing Norgay el 29 de mayo de 1953. La cámara que llevaba Irvine podría revelar la prueba. Siempre que alguien dé con su cadáver en el techo del mundo.
Lutz Long

Juegos de Berlín 1936. Jesse Owens escucha el himno estadounidense desde lo alto del podio. Detrás, Lutz Long hace el saludo nazi - ARCHIVO ABC En los Juegos de Berlín de 1936, el estadounidense Jesse Owens acababa de ganar el oro en 100 metros lisos y afrontaba la prueba de salto de longitud. Hizo nulo en los dos primeros intentos. Su principal rival, el alemán Lutz Long, le aconsejó que calculase el salto desde varios centímetros antes de la tabla de batida para evitar un tercer nulo que le hubiese supuesto la eliminación. Owens le hizo caso y se clasificó para la final, que se celebró al día siguiente. Long hizo una marca personal de 7,87 metros, pero fue superado por los 8,06 de Owens, que pulverizaba el récord olímpico y se llevaba la victoria. El perdedor no tuvo problemas para posar junto al campeón desafiando al régimen nazi.
Larry Foust

Larry Foust perdió cinco finales con tres equipos diferentes - ARCHIVO ABC «Si los más desafortunados formaran una asociación, su presidente honorífico debería ser Larry Foust, pívot que llegó a ser seleccionado en ocho ocasiones como «all star» en la década de los cincuenta y que podría presumir del poético honor de haber disputado y perdido cinco finales con tres equipos diferentes», escribe Carlos Molina en su libro «Ahogados en la orilla». Foust perdió finales jugando con los Pistons de Fort Wayne, Minneapolis Lakers y Saint Louis Hawks. Murió en 1984 sin entrar en el Salón de la Fama del Baloncesto y sin ningún anillo de campeón, a pesar de lograr más de 11.000 puntos y 8.000 rebotes en su carrera profesional.
Stirling Moss

Stirling Moss a los mandos de un Mercedes-Benz en el GP Británico de 1955 - MARCEDES BENZ El londinense Stirling Moss posee el título oficioso de ser el mejor piloto de Fórmula 1 que nunca ganó un campeonato del mundo. Compitió con Mercedes, Maserati y Cooper, entre otros equipos, y fue cuatro veces subcampeón (1955, 1956, 1957 y 1958) y tres veces tercero (1959, 1960 y 1961). Ostenta el récord de mayor cantidad de victorias (16) sin haber conseguido nunca ganar un mundial.
Raymond Poulidor
Poulidor (derecha) junto a su gran rival, Anquetil, en el Tour de 1964 - ARCHIVO ABC Raymond Poulidor, Pou Pou, eterno segundón en el Tour, fue en cambio el primer clasificado en el corazón de los franceses. A lo largo de su carrera se topó con dos problemas llamados Jacques Anquetil y Eddy Merckx. Terminó el Tour tres veces en el segundo puesto y cinco veces en el tercero, y nunca vistió el maillot amarillo. No todo fue malo: ganó la Vuelta a España en 1964 y algunos «monumentos» del ciclismo, como la Milán-San Remo y la Flecha Valona.
Viktor Korchnoi

En su primer gran duelo, en Moscú, Korchnoi (izquierda) y Karpov se disputaron en 1974 el derecho a enfrentarse al campeón del mundo, Bobby Fischer - ARCHIVO ABC Viktor Korchnoi,el talentoso ajedrecista de Leningrado, está considerado como el mejor jugador que no ha ganado el título mundial. Su deserción de la Unión Soviética le proporcionó una presión extra que contribuyó a sus malos resultados cuando intentó asaltar el trono del ajedrez. Perdió la final de candidatos de 1974, en Moscú, ante Anatoli Kárpov; dos encuentros por el Campeonato Mundial, en 1978 y 1981, también ante Kárpov; y en el siguiente ciclo de candidatos frente a Gari Kaspárov, que estaba llamado a ser el mejor del mundo.
Selección de fútbol de Holanda

Final del Mundial 78. Rep remata de cabeza entre los defensores argentinos Passarella y Tarantini - ARCHIVO ABC En el deporte, la memoria no siempre está grapada a la gloria. Cualquier aficionado con unos cuantos años a cuestas recordará a la Holanda que perdió dos finales de la Copa del Mundo en los años 70 (una frente a Alemania en 1974; otra ante Argentina en 1978), aquella «naranja mecánica» de Johan Cruyff, Neeskens, Rensenbrink, Rep y los hermanos Van de Kerkhof. Holanda sumó una tercera derrota en una final mundialista, en Sudáfrica 2010, ante España, con el inolvidable gol de Iniesta. Aunque ganó la Eurocopa de 1988 con un equipo en el que brillaban Marco van Basten, Ruud Gullit, Frank Rijkaard y Ronald Koeman.
John Bonello

Bonello encaja un gol en el España-Malta de 1983 - ARCHIVO ABC Uno de los partidos más memorables de la historia de nuestro fútbol se disputó el 21 de diciembre de 1983 en el estadio Benito Villamarín de Sevilla: España-Malta. Era necesario un milagro en forma de carro de goles (once o más) para estar presente, un año después, en la Eurocopa de Francia, superando así en el goal average a Holanda. Un gol de los malteses (que empataron el partido, 1-1, en el minuto 24) pareció sellar la suerte del combinado español. La primera parte concluyó 3-1, poquísima renta. Pero en una segunda mitad de locos el portero maltés, el inolvidable John Bonello, vio como su meta era perforada sin compasión. Santillana (4 goles), Poli Rincón (4), Maceda (2), Sarabia (1) y Señor (1) sellaron un 12-1 de escándalo. Años después, una marca de cerveza hizo un anuncio en el que el propio Bonello se parodiaba a sí mismo por la goleada. Actualmente, Bonello es el entrenador de porteros de la selección de fútbol de Malta.
Michael Ballack

Ballack reclama un penalti el árbitro Ovrebo durante la semifinal de Liga de Campeones de 2009 entre el Chelsea y el Barcelona - REUTERS El centrocampista alemán Michael Ballack ganó títulos con el Bayern Múnich, el Chelsea y el Kaiserlautern, pero la mayoría de los aficionados al fútbol lo recuerdan como un «loser» de manual. También hizo méritos al respecto: en su currículum no consta ningún torneo internacional. Perdió con su selección la Eurocopa de 2008 ante España (siendo, además, objeto de burla por parte de Luis Aragonés, que le llamaba «Wallace») y dos finales de Champions, una con el Leverkusen y otra con el Chelsea. En 2002 se le acumularon las desgracias: perdió con el Leverkusen la Copa alemana frente al Schalke 04; se le escabulló la Liga en la última jornada; y cayó ante el Real Madrid en la final de Liga de Campeones, siendo el jugador que estaba más cerca de Zidane cuando el francés empalmó aquel balón hacia la gloria. Hubo quien rebautizó a su equipo como «Neverkusen».
Marcos Baghdatis

Baghdatis durante un partido contra Ljubicic en el Open de Australia 2006 - REUTERS El tenista chipriota Marcos Baghdatis no ha ganado ningún Grand Slam, ni Masters 1.000 ni World Tour 500 a pesar de haber sido un top 10. Perdió ante Federer en Australia en 2006 por 5-7, 7-5, 6-0, 6-2 en su única final de un grande. Ese año llegó a semifinales de Wimbledon. Ya lo dijo John McEnroe: «El tenis es un deporte de perdedores».
Héctor Cúper

Cúper mete a sus equipos en la pomada, pero se ahogan en la orilla - REUTERS El entrenador argentino Héctor Cúper perdió con el Mallorca la final de la Copa del Rey de 1998 ante el Barcelona y la de la Recopa de 1999 contra el Lazio. Con el Valencia, fue derrotado en las finales de la Liga de Campeones 2000 y 2001 frente al Real Madrid y el Bayern Múnich, respectivamente. También perdió un Scudetto con el Inter en 2002 en el último suspiro.
Giampaolo Mazza

Giampaolo Mazza en un partido de clasificación para el Mundial 2014 - AFP Giampaolo Mazza ha entrenado a una selección europea durante los últimos quince años, pero continúa siendo un gran desconocido para la mayoría de los aficionados. Al frente de uno de los combinados más débiles del continente y con peor ránking de la FIFA, en competencia con Bután, el entrenador de San Marino se despide después de sumar un solo punto en 76 partidos oficiales.









