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mundial de natación

La explosión de una depredadora

La catalana comenzó en la piscina por recomendación médica; su instinto y su entrenador la han encumbrado como la mejor

La explosión de una depredadora afp

laura marta

Ssssh. Mireia Belmonte pide silencio. Ssssh. Sus brazadas, milimétricas, gráciles y potentes surcan la piscina del Sant Jordi con medida parsimonia. Ssssh. Solo es un entrenamiento, activa los músculos recordando los miles de kilómetros que llevan encima. Ssssh. Con ellos ha logrado un bronce ... y dos platas mundiales en este Mundial de Barcelona 2013 que cerró ayer. Pero ella no descansa, continúa nadando hacia su próximo viraje. En su estela, más de diez años de récords, aplausos, lecciones y algún que otro obstáculo que, sin embargo, no ha sido nunca una barrera, sino un trampolín para tocar la siguiente pared.

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