110 motivos
Afición: «Sí, yo soy español, español, español»
Los éxitos deportivos han sacado a la calle el sentir de un país, millones de personas que han roto con un tabú
tomás gonzález-martín
Si el fútbol ha sido el fenómeno social más importante del siglo XX, a escala nacional el fenómeno más importante del siglo XXI ha sido el sentimiento de españolidad que ha explotado naturalmente al rebufo de los éxitos de nuestro deporte y especialmente al albor ... de las grandes victorias de la selección de fútbol. La afición española se ha convertido en una entidad real, unida, renacida con las gestas de nuestro balompié, del tenis , de la F1 , del motociclismo y del baloncesto. Pero hacía falta una gran proeza de nuestro equipo nacional de fútbol para convertir ese sentir en una realidad sociológica. Fue el triunfo en la Eurocopa 2008 el que sacó a la luz, a las calles de todas nuestras ciudades, una identidad de país que se encontraba larvada, escondida, por esa vergüenza que durante décadas han sentido algunos españoles para decir que lo eran. Con el retorno de la democracia en nuestra nación, la utilización por parte de independentistas y nacionalistas del españolismo como algo ligado al franquismo caló en algunos segmentos de nuestra sociedad. Hasta hace muy poco tiempo daba reparo sacar una bandera roja, amarilla y roja. La obtención de la Eurocopa 2008 echó a las calles a millones de españoles que querían decir que lo eran con todo su orgullo. Bandera al cuello, la explosión de la gente demostró que nuestros compatriotas no lo son solo de pasaporte. Sienten que forman parte de un país.
Jóvenes sin reparo
Fueron precisamente los jóvenes los que, sin los prejuicios de nuestros mayores, los que han celebrado esa y las siguientes victorias con total sencillez, cantando el «¡yo soy, yo soy, español, español, español!» con la naturalidad de quienes saben lo que son sin preocuparse por la reacción de los políticos separatistas.
La afición, sí, es uno de estos ciento diez motivos para admirar a nuestro país. Y es el último motivo, por ser el más reciente. Pero es uno de los más importantes. Para muchos, el más importante. Porque esta nación llamada España ha visto discutida su realidad durante los ciento diez años de la historia de ABC .
Seguidores y deportistas expresan con naturalidad su españolidadLa épica de la Copa del Mundo 2010 , conquistada por primera vez en nuestra historia, multiplicó esas sensaciones en toda nuestra tierra. Desde Lanzarote a Gerona , desde La Coruña a Ceuta , treinta y cinco millones de compatriotas se lanzaron a la calle a festejar un hito único, esperemos que no irrepetible. Ver a los políticos independentistas salir a explicar en sus medios controlados que aquello era un exceso era todo lo que necesitábamos escuchar para saber que estaban preocupados de observar que su cuento era, es, muy chino. Un millón y medio de españoles paralizaron Madrid para felicitar a los futbolistas en un paseo triunfal por la capital que era un saludo de cuarenta y siete millones de personas.
Millones de personas
La plusmarca mundial obtenida por la selección de fútbol al adjudicarse también la Eurocopa 2012 , un triplete inédito hasta este momento, fue el éxtasis de una afición que se considera española sin alianzas políticas adheridas. Es la juventud la que más y mejor festeja estos éxitos como suyos, sin casarse con nadie. Es lo que más preocupa a los nacionalistas.
El «Hyundai Fan Park» reunió a cientos de miles de españoles en la fiesta de la Eurocopa 2012, que sumados a los que salieron por todo Madrid en el recorrido del equipo alcanzaron la cifra de un millón de aficionados copando la capital. Fue un ejemplo más de un ente sociológico que surge ajeno a las intenciones políticas.
El fútbol ha sido el detonante por la cantidad de seguidores que han protagonizado constantemente este sentimiento, pero Fernando Alonso, Rafa Nadal, David Ferrer , todo el equipo nacional de Copa Davis , la selección española de baloncesto, Márquez, Lorenzo, Pedrosa , todos nuestros pilotos de motociclismo han sido otras espoletas de una afición que se enorgullece cuando sus baloncestistas cantan el «¡soy español!» porque el himno de la organización no suena. Esa canción fue el «hit » en las victorias apoteósicas de nuestro equipo bajo las canastas.
Los tenistas también han entonado este famoso «single» cuando han levantado una Copa Davis tras otra.
Ya hay un himno con letra
El tema «¡yo soy español, español español» se ha convertido en ese ansiado himno cantado, con letra y música, tantas veces solicitado. Los seguidores gastan sus gargantas en las gradas de los campos de fútbol, del tenis, del baloncesto, en los circuitos.
Esto, hace quince años, era impensable. Una reflexión pausada de lo que esta explosión popular significa, manifestando «yo soy español» en cualquier acontecimiento, por la calle o en los recintos cerrados donde se presencian esas citas deportivas, deja claro el cambio social vivido en esta nación, llamada Estado por algunos.
Como siempre sucede en España , este himno es mejor que haya surgido de manera natural, sin comisiones oficiales para escribir una letra que sería criticada por ciertos grupos políticos. Lo que nace del seno del pueblo es intocable, inevitable.
Los hechos no engañan. Nadal hace gala de españolismo por donde va. Y Ferrer. Y Fernando Alonso. Y Márquez. Y Pedrosa, que se pone la camiseta de la selección de fútbol en el podio de un circuito. Y el resto de nuestros pilotos de las dos ruedas, que sacan la bandera en sus múltiples victorias. Lo primero que pone Álvaro Bautista en su maleta es su bandera. Se le han llegado a olvidar los calzoncillos, pero nunca la bandera. Ellos, nuestros campeones, demuestran la misma naturalidad que los millones de aficionados al expresar sencillamente lo que son.
Ayer, la final de la Copa del Rey ofreció otro capítulo de esta realidad. Forofos tan antagonistas como los del Real Madrid y el Atlético se fundieron a la hora de tararear el himno nacional, el himno de todos, que no posee letra pero sí voces. El sinónimo «afición» expresa la unión de un país, por encima de todos los demás. Los seguidores dan ciento diez motivos para seguir admirando a España.
Afición: «Sí, yo soy español, español, español»
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