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10.000 euros por un luchador: las reglas ocultas del mercado negro de las nacionalizaciones

Los petrodólares atraen el talento deportivo de disciplinas olímpicas, en un intento de estos países por comprar las medallas que no son capaces de generar

España, que también reparte pasaportes por carta de naturaleza, normalmente lo hace con deportistas afincados en el país

El giro copernicano de Le Normand

Emilio V. Escudero

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Ayla Camila lleva ya ocho años viviendo en Salamanca, pero aún no es española. Bueno, lo es porque se siente como tal, aunque no tiene un pasaporte que lo acredite. Recién cumplida la mayoría de edad, hace cinco años que comenzó a practicar la ... halterofilia, deporte del que se enamoró viendo una competición por la televisión y al que se ha dedicado en cuerpo y alma desde entonces. Entrena seis días a la semana y solo descansa los domingos, lo que le ha permitido convertirse en una de las grandes promesas de este deporte en el país. Una habitual entre las mejores de su peso desde que era júnior, aunque sus éxitos deportivos no han quedado reflejados en ninguna estadística y las medallas nunca colgaron de su cuello al no tener una nacionalidad que lleva persiguiendo desde hace muchos años. «Siento que mi esfuerzo no vale nada. Voy, participo y, quede como quede, no subo nunca al podio. Es frustrante y duele», explica la haltera a ABC.

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