De Wattpad a BookTok: el romance que seduce a la generación Z
Entre el éxito y la polémica, el género desafía prejuicios y reescribe las reglas
'Alas de ónix', el éxito de rebecca Yarros, consolida a 'Empíreo' como fenómeno global

Cada cierto tiempo, surge un éxito que sacude el mundo editorial. Condensa tendencias y cristaliza en un fenómeno masivo. Hoy, ese furor tiene un epicentro: la saga 'Empíreo', de Rebecca Yarros. Su tercera entrega, 'Alas de ónix' (Planeta) se ha convertido en la ... novela más vendida en 20 años en Estados Unidos. En España, ha superado los 120.000 ejemplares en menos de una semana. No se veía algo así desde 'Harry Potter'.
Yarros es la punta de lanza del 'romantasy', la fusión entre fantasía y romance que domina el mercado desde que irrumpió con el primer libro, 'Alas de sangre', y que es el reflejo del auge del género romántico. Impulsado por BookTok y Wattpad y amplificado por el cine y las plataformas, el género ha hecho eclosión en la generación Zeta y se está expandiendo a un público cada vez más amplio. El universo no para de crecer, pese a las polémicas que se concentran en torno a la toxicidad de las relaciones y las escenas de sexo.
La esfera hispanohablante ocupa un puesto destacado. Rosa Samper, directora literaria de Montena, cita a Alex Mírez y Flor Salvador, y como grandes luminarias, a Mercedes Ron y Joana Marcús. «Ambas han roto todas las barreras del sector. Joana ha sido la autora más vendida del año pasado en el mundo hispano, con dos millones de ejemplares, ha sido traducida a más de 30 idiomas, premiada por doquier…», detalla. La saga 'Culpables', de Ron ha saltado nuestras fronteras. La película 'Culpa tuya', basada en la secuela de la trilogía, se ha convertido en el filme más vista de todos los tiempos en Prime Video.
Tanto Marcús como Ron cuajaron en Wattpad. Esta plataforma, en la que los autores pueden subir el contenido y los lectores consumirlo de forma gratuita (salvo una opción premium, sin anuncios), se ha erigido como un pilar del éxito. Cuenta con 97 millones de audiencia al mes, y el 80 % pertenece a la generación Zeta.
Los autores publican las historias por entregas, por lo que saben a través de las interacciones cuáles gustan más, qué personajes son los más queridos, y pueden usar esa información. «El hecho de que las autoras puedan tener una interacción directa, casi inmediata, con el efecto que genera lo que escriben es extraordinario. ¿A veces hay pequeñas peleas entre el 'fandom' y grandes dramas cuando alguien decide cargarse a un personaje muy querido? Sí, pero forma parte de la diversión», explica Samper.
El otro pilar es el hashtag BookTok, con recomendaciones de lectura y tendencias virales. Nacido en la red social preferida de los 'zeta', ha colonizado las demás hasta formar la mayor comunidad literaria del mundo. Entre ambos catalizan el 'fandom' global que aúpa el género y triunfar en cualquiera de ellos es la antesala de un libro superventas o una adaptación audiovisual.
Últimos lanzamientos
Porque, para delicia del mercado, aquí no importa si las seguidoras tienen el relato gratis, compran el libro y ven la serie o película. Samper cree que se debe al sentimiento de complicidad que se establece entre autoras y fans: «Las autoras antes han sido lectoras y muchas de las lectoras quieren ser autoras algún día. Que una de las historias que llevas tiempo siguiendo, viendo crecer, se convierta en un éxito es también un éxito para ti como lectora, lo sientes tuyo».
El siguiente eslabón es la adaptación, que arrasa en taquillas y plataformas y, al tiempo, amplifica el éxito. «Hay ejemplos que llevan tiempo funcionando como 'Los Bridgerton' (Netflix) o 'Romper el círculo' (Sony Pictures). Se apostaron por ellas y se ha visto que han sido un éxito a nivel internacional. Y, además, en dos formatos diferentes: serie y película. Ahora, tras el anuncio de la compra de los derechos de varias sagas o libros internacionales, en redes sociales se está viendo un fenómeno fan muy grande en el que los lectores están emocionados esperando estas adaptaciones. Eso también ha funcionado en sentido inverso: libros que no eran muy relevantes se han convertido en series o películas y han hecho que los espectadores, al gustarles tanto la historia, buscasen el libro», señala Alejandra González, editora de TBR, sello de 'Un corazón por navidad', de Sophie Jomain, número uno en ventas durante el pasado diciembre.

No en vano Wattpad cuenta con dos ramificaciones, una editorial y una audiovisual, con el fin de sacarle el máximo partido al fenómeno. En nuestro país no le andamos a la zaga. Las novelas románticas han tenido una evolución especialmente buena. Según GFK, han cerrado 2024 con una facturación un 36 % superior al año anterior y sus ventas han subido un 22%.
Montena tiene un acuerdo preferente para publicar éxitos de Wattpad y siempre está en busca de nuevos talentos como Andrea Smith o Nia Blanco. Planeta también cuenta con otros tantos que arrasan. En España destacan superventas como Alice Kellen o Tamara Molina. Además de Yarros, en internacional cuentan con Colleen Hoover, artífice de 'Romper el círculo', «detrás de ellas vienen autoras como Tracy Wolf o Carissa Broadbent, de las que tendremos novedades este año», adelanta María Guitart, editora de Ficción Internacional en Planeta.
En los últimos meses, además, dos editoriales han apostado por crear sellos 'ad hoc'. La citada TBR (siglas de 'to be read', hashtag que suele acompañar a BookTok) pertenece a SM y cuenta entre sus filas con el romance LGTBI de Javi G. de Hita 'Atrapado entre tus páginas' y 'Tres maneras de decir te quiero', de Michelle Durán.
RBA acaba de presentar RBA Lit, que se estrena con un caso peculiar, Lisina Coney. Siendo española, ha escrito sus libros en inglés. Envió 'La luz más brillante del cielo' a unos cuantos lectores ARC (siglas en inglés de copia avanzada del lector), que reseñan los títulos antes de su publicación en Goodreads o Amazon. Los algoritmos saben cuántas personas le prestan atención y promocionan los que más tienen. El de Coney barrió, se convirtió en viral y ahora se publica en España.
El ala audiovisual también se mueve. Guitart anuncia que hay tres grandes películas basadas en libros de Hoover, tras el éxito de 'Romper el círculo'. Netflix presenta por San Valentín la cuarta temporada de la serie 'Valeria', basada en las novelas de Elísabet Benavent. En la misma plataforma arrasó la trilogía 'A través de mi ventana', de Ariana Godoy, que en 2025 estrena 'Sigue mi voz'. Lo hace en Prime Video, plataforma de 'Culpables' que también tiene en desarrollo 'Alas de sangre' y que este año acogerá otro éxito de Ron, 'Háblame bajito', aunque pasará primero por cines.

En cartelera continúa 'Mala influencia' de Teenspirit, dirigida por Chloé Wallace, hermana de Nicole Wallace (protagonista de 'Culpables'), y una rara avis en el sector. «En los últimos años, hay películas maravillosas dirigidas por mujeres, pero muy poco cine comercial. Creo que es porque hay mucho miedo de que nos encasillen, de 'no voy a estar vista como una directora de verdad'. Y yo digo: 'Que les jodan. Voy a seguir trabajando y lo va a ver un montón de gente'. También es una oportunidad para poder seguir haciendo mis proyectos personales», afirma Wallace.
A vueltas con el sexo
María Contreras, al frente de las películas y series españolas de Amazon, es una testigo de excepción de la evolución. Ya estaba en tiempos de 'Palmeras en la nieve' y 'A tres metros de ti' y por eso asegura que su tirón siempre ha estado ahí, aunque reconoce un resurgimiento. «Ahora, las comunidades de seguidores son más extensas, las autoras están mucho más en contacto con ellas. Crean un tipo de relación muy diferente de la que existía con Federico Moccia. Están más expuestas».
También participan mucho en las adaptaciones. «Nos indican qué escenas les han gustado más y las transformamos en secuencias -prosigue Contreras-. La selección de esos momentos es fundamental. El proyecto se crea gracias a ellos por lo que es muy necesario que el espíritu del libro se manifieste».
La ejecutiva ofrece una pista más en el desarrollo del 'boom' más allá de la generación Zeta: «Hay un cierto placer culpable para el público más adulto. En 'Culpa' ya fuimos conscientes de ello porque habíamos visto cómo se habían metido las madres en fenómenos como 'Crepúsculo' o 'Tengo ganas de ti'. Por ello se pensó mucho en la relación con los padres, que en el libro está, pero más por encima, para satisfacer a ese 'fandom' más de adultos».
«Las fronteras entre el género juvenil y el adulto se están disolviendo», corrobora Guitart. De ahí nace la idea de dividir el juvenil en 'young adult' (YA) y 'new adult' (NA). «YA es lo que asociaríamos más propiamente a juvenil, mientras que NA es la evolución del género para satisfacer a lectores que buscan un contenido algo más adulto. Y con eso no me refiero solo a más sexual, que también, si no que los protagonistas son más adultos, las temáticas tienen más complejidad y sus relaciones íntimas toman otro cariz», apuntala González.
Coney es un buen ejemplo. En su novela, la protagonista es una superviviente de una agresión sexual. Algunas de sus lectoras pueden sorprenderse con el contraste entre su trauma y la forma en la que vive su sexualidad: «Ese es el mensaje principal del libro: no hay normas para la sanación», indica la autora, que aclara todo parte «desde el consentimiento, el respeto y el amor».
En las pantallas, además de la clasificación por edades, el mensaje es claro: escenas justificadas y coordinadores de intimidad. En las librerías españolas, sin embargo, no ha cuajado todavía ese 'new adult' y, por ejemplo, 'Alas de sangre' está clasificado como fantasía juvenil. ¿Cómo se regula el acceso? «No puedo evitar que los adolescentes también lean mis libros; esa es la labor de sus padres o tutores legales», asevera Coney, que apunta a los 'trigger warning' (aviso de contenido previo). De acuerdo con Guitart, la audiencia los tiene muy presentes a la hora de escoger sus contenidos.
Muchas veces menospreciado como menor, el éxito del romance parece estar transformando la industria y las audiencias. Todo un fenómeno en evolución cuyos límites todavía están por medirse.
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