Urtasun se arma con Jazmín Beirak como nueva 'superdirectora' de Derechos Culturales

Tres meses después de su llegada al ministerio, Urtasun tiene la reestructuración que vino avanzando desde el primer día, y la elegida para esta suerte de 'superdirección' es la que estaba en todas las quinielas. Jazmín Beirak, gestora cultural, ha sido desde 2015 diputada de la Asamblea de Madrid y portavoz de Cultura de Podemos y Más Madrid. Allí ha coincidido con Manuela Villa, que la semana pasada asumió las riendas de la nueva oficina de Cultura impulsada por Pedro Sánchez en La Moncloa para tutelar a Urtasun. Ambas tendrán que entenderse a partir de ahora, en una relación que se antoja agitada.

En la nota de prensa difundida por el Ministerio de Cultura se deja claro que Beirak llega al cargo con mando en plaza. Ella será la encargada de desarrollar un plan de derechos culturales, elaborar un plan de igualdad, coordinar con el resto de ministerios los trabajos del Estatuto del Artista, impulsar medidas y ayudas para la vertebración territorial o reeditar el bono cultural joven. Beirak será también la encargada de coordinar la Conferencia Sectorial de Cultura, en la que están representados el Estado y las comunidades autónomas.

Si Sánchez se ha armado con una 'comisaria' cultural en su gabinete, Urtasun ha respondido con una 'súper directora general'. Dentro del ministerio, Beirak tendrá que coordinarse también con Jordi Martí, secretario de Cultura, que hasta ahora había venido ejerciendo de ministro en la sombra, con reuniones con distintas personalidades del mundo de la cultura y acudiendo a actos y estrenos en nombre de Urtasun. Frente al poder que han exhibido los 'comunes' desde que Iceta entregara la cartera a Sumar, Beirak viene a ocupar la cuota de Más Madrid en Plaza del Rey.

Fue hace un mes, en su comparecencia ante la Comisión de Cultura, cuando Urtasun anunció la creación de esta dirección general. En aquella intervención, el ministro dijo que ese plan de derechos culturales tendría como eje estratégico la defensa de la libertad de expresión, «adoptando una postura firme como cualquier forma de censura». Ellos frente a PP y Vox, que, según el también portavoz de Sumar, están al otro lado de la «bandera de la cultura» que pretende levantar. A Beirak le corresponderá acompañar al ministro en este frente de la 'guerra cultural'.

Con palabras más institucionales, el Ministerio de Cultura dice en su nota que este movimiento «hace efectivo un nuevo enfoque en su acción política, apostando por la cultura como campo de acción para el desarrollo humano y social, en línea con los organismos internacionales y con la última cumbre de Mundiacult 2022», que comprometía a sus miembros «a la promoción y defensa de los derechos culturales». En esa cumbre también se dieron pasos hacia la descolonización, que tanto ha dado que hablar estas semanas.

La nueva Dirección General de Derechos Culturales supone la supresión de la de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación. En su lugar, Urtasun creará un Centro Coordinador que estará integrado en la Subsecretaría de Cultura y se gestionará en coordinación con la Secretaría de Estado. Es decir, Urtasun separa de su aparato político todo lo relacionado con la industria y lo reduce a lo burocrático. «A través de este nuevo centro, se coordinarán e impulsarán todas aquellas políticas de apoyo a las industrias que dependen de las diferentes direcciones generales», informa Cultura. Carmen Páez Soria, hasta ahora directora general de Industrias Culturales, pasará a ser la nueva subsecretaria.

En el sector contaban con que esta dirección general sería suprimida, pero desconocían que sería sustituida por este nuevo Centro Coordinador. «Esto nos parece una barbaridad –dice Sol Cruz-Guzmán, portavoz de Cultura del PP en el Congreso–, porque sin industrias y sin empresas no hay actividad cultural. La cultura no es algo espontáneo que surge de la nada. Y precisamente tienen unas estructuras muy débiles».

La previsión es que en el futuro todas estas competencias las termine asumiendo la Oficina Española de Derechos de Autor y Conexos, pero para eso Urtasun tiene que llevar al Consejo de Ministros la ley que en la pasada legislatura se quedó en el limbo por el adelanto electoral. Cultura esperaba haberla aprobado en enero, pero acaba febrero y sigue sin hacerlo.

Urtasun elevará al resto del Gobierno el mismo texto que redactó Iceta la pasada legislatura, para no demorar más su puesta en marcha, pues era una de las reformas comprometidas con la Unión Europea para recibir financiación. Luego comenzará su tramitación parlamentaria, que no durará menos de nueve meses, antes de que se ponga en funcionamiento. Con rango de dirección general, esta oficina «permitirá al Ministerio de Cultura dotarse de una estructura específica para abordar mejor y más eficientemente las tareas vinculadas a la propiedad intelectual y a la promoción y defensa de los derechos de creadores, creadoras y usuarios».