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ABC Cultural

Feria de Albacete

Grandiosa tarde de toros y toreros: Ureña indulta a Diablillo y sale a hombros con Roca Rey, Caballero y Daniel Ruiz

Un descarnado Ureña indulta al bravo Diablillo y Roca Rey abarrota la plaza y da una lección de figura un día después de su dura cogida en la feliz alternativa de Caballero en una histórica tarde en la Chata

Las sustituciones de Morante de la Puebla

El ganadero y la terna salen a hombros EFe
Rosario Pérez

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A las ocho y cinco se prendían los 28 focos de la Chata y por el palco presidencial asomaba el pañuelo naranja. El de la vida. El del regreso al edén del campo. El del fruto ganadero y el esfuerzo torero, el que ... siempre suscita debate, pero que fue pedido por amplísima mayoría. El runrún del 'no lo mates' llegó cuando Paco Ureña cogió la espada. En el callejón lo adivinaron antes y le hicieron señas de que manejase la escena. Porque el de Lorca estaba ensimismado, toreando para sí mismo y, a la vez, para el toro. Fenomenalmente lo entendió con su sinceridad descarnada, roto todo el cuerpo, con el compás tremendamente abierto, con las plantas hundidas en la arena en su faena descalza frente a Diablillo. Con la boca cerrada mientras el murciano separaba los pies más, exageradamente más, bajo los sones de 'Dámaso'. Con la virtud de dejarle siempre la muleta en la cara, sometiéndolo con su personalísimo estilo de tela a rastras. Hubo series monumentales, de esas que hubiesen calado en el mismísimo Madrid y que convirtieron en una hirviente olla el coso albaceteño. Por los dos pitones embistió, incluso planeando mientras arrastraba el morro con noble fijeza. Una divinidad Diablillo dentro de una corrida -más brava en las telas que en el peto- con seriedad y tanto que torear.

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