Teruel: Saltillos, tormenta, barro y tres valientes

Salió el primero de Saltillo, una prenda con peligro, mientras descargaba otro aguacero. El cárdeno se hizo dueño de la situación y sembró el miedo en las cuadrillas. Sanchez Vara se lo quito de encima como Dios le dio a entender, y con el ruedo hecho un barrizal se decidió seguir con la corrida.

Afortunadamente para los toreros, los restantes saltillos, con sus incomodidades, sus miradas, sus coladas y su falta de casta de la buena, no tuvieron la mala leche del que abrió plaza, y los tres les plantaron cara a su manera. Cuarto y quinto se dejaron más, a su aire, sin empuje, pasando desentendidos y rajados, y Vara y Chacón pudieron con ellos pasándolos de muleta con sus diferentes estilos, pero con la porfía como denominador común en busca del triunfo. Los dos pasearon un trofeo como recompensa.

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También lo tuvo cerca Alberto Lamelas, que toreó bien con el capote a sus dos enemigos y con el sexto le ligó muletazos por uno y otro pitón, aunque no estuvo resolutivo con la espada.

Tarde desapacible que acabó bien entrada la noche con el agua inicial convertida en frío.