TOROS EN SEVILLA 2025
Tramposo, de nombre y forma, achica el descalabro de Fuente Ymbro en la Maestranza
Los toros de Ricardo Gallardo regresaron a la Maestranza sin buenos finales ni elogiable estilo; sólo ese Tramposo, de intermitente vibración, regaló oportunidad a un voluntarioso Lama de Góngora que se hizo con la única oreja de la tarde

A las ocho y cuarto del domingo, cuando las mulillas arrastraban al tercero de la tarde y los cariñosos pañuelos del intuible paisanaje de Navalón sobrevolaban los tendidos de la Maestranza, a uno se le vino el recuerdo del Domingo de Resurrección. ¿Parecían ... menos desfondados aquellos toros de Núñez del Cuvillo frente a los que había traído Ricardo Gallardo para su regreso a la Maestranza? Rotundamente sí. Porque tuvieron aquellos toros de Joaquín Núñez, al menos, franqueza en su forma y fondo. Sin bravuconadas y sin inercias; con otra fijeza y otro estilo. Empieza uno a escribir esta crónica a las 21.45 horas cuando en las tertulias del bar Taquilla, El Serranito o Antonio Romero entrarían a debatir los aficionados sobre si fue Tramposo tan bueno como a algunos les pareció. O no.
Tenía ese cuarto de la tarde, segundo de Lama de Góngora, otra estampa y comportamiento. Como el primero, más fino y armónico. ¿Debían ambos toros ir aparejados en un mismo lote? Hablaban maravillas de la corrida de Fuente Ymbro quienes la habían repasado en el campo, aunque quizá se entusiasmaron únicamente con las caras. Que eran estrechas, sin que eso quiera decir que fueran guapos sus portadores. Al menos en su conjunto. Con cuatro años y los kilos justos, venía la corrida plena de seriedad. Y tenía Tramposo otra finura en sus manos; más recto en su columna y con una vuelta de cuerna. Tuvo momentos vibrantes, varias embestidas entregadas y profundas, pero demasiado pronto cambió. ¿Qué pudo pasar? Los de la tertulia trazarán dos líneas: una a favor del toro y otra a favor del torero.
A favor del toro se podría decir que tuvo emoción y un par de series francas, con dispar estilo; y a favor del torero, que no faltó empuje y voluntad. Junto a la puerta de chiqueros, donde lo recibió con una larga cambiada, Lama le enjaretó media docena de lances camino de los medios. A la velocidad del toro, o por encima de ella. Muy técnico, le soltaba velas con la mano contraria. Otra prestancia tuvieron los lances del quite de Calerito, más mecidos y templados sus vuelos. Queda la duda de qué fue lo que paró a ese animal que regaló, como decimos, dos series sublimes. ¿Fue aquel agarrón a los ijares en el inicio? ¿Fue el desarme en la segunda tanda? ¿O fue que el toro, como sus hermanos, no traía más que eso? Acertó Lama cuando apostó y puso las telas en la cara para tirar de él, sin mayúscula tensión; momentos que dijeron mucho más que cuando lo abría en el uno en uno al pitón de fuera. Fue la estocada, eso sí, de valor incuestionable. Nada más que su colocación ya justificó la oreja.
La corrida de Fuente Ymbro empezó y terminó ahí. Se hablará de Lama y Tramposo porque no hubo más. Una corrida sin finales y sin estilo que embistió con disparos, frenazos y, por lo tanto, sin ritmo. No cabe duda de que los toros de Ricardo Gallardo ya son encaste propio, con una estampa y unas formas que poco o nada tienen que ver con el toro que sigue criando Borja Domecq. Una corrida para toreros llenos de resortes, para buscarle las vueltas y para inventarse lo que no tenían.
Había arrancado la tarde con el sentido recuerdo a Alfonso Ordóñez, último de los hijos del Niño de la Palma y decano de la vieja escuela del toreo. Lama le pidió un punto más a ese Histérico, que dobló las manos durante el ligerito recibo a la verónica. Correcto en sus formas, no logró evitar el constante punteo que tanto procuraba y que tanto consiguió este primero de Fuente Ymbro.
Comenzó Calerito ambas faenas en los medios, una con la diestra y la otra con el 'cartucho de pescao'. Muy pronto echó el ancla Ratero –inciso: ¡vaya nombres!–, el segundo, que le había pasado muy cerca entre suaves y encajados lances y que debió acusar tanto morillo sobre su cuello. Le robó dos series en redondo sobre los medios de la plaza, muy entregado y dispuesto el torero hasta hacer sonar a la Banda Tejera. Bordó un cambio de mano, que pareció el punto y final. Ahí se apagó Ratero, que le rateó una serie más (la tercera, ya al natural). Muy bragada fue su obra ante el quinto, Ojinegro, que le echó el ojo en un natural y lo mandó tres o cuatro metros hacia el cielo. Desde el burladero de cuadrillas, alguno lo vería a la altura del reloj. ¡Qué bárbaro! Camino de la enfermería, sobre los brazos de sus hombres, pidió bajarse y volvió a enjaretar una serie más de derechazos profundos. Tan largos como los primeros naturales que abrieron la faena, de muleta plana y arrastrada. Aún le quedaba un sufrimiento más: un hachazo con la punta del pitón sobre su rodilla que lo dejó prácticamente lisiado. ¿Cómo se mantuvo en pie? Si la segunda estocada llega en primera instancia, le corta la oreja.
Con buenas y frías maneras se presentó Samuel Navalón en Sevilla. A pesar de lo mucho que duró su primera faena, apenas rubricó momentos para el recuerdo. Nada pudo hacer ante el incierto y áspero sexto.
REAL MAESTRANZA
- Plaza de Toros de Sevilla. Domingo, día 27 de abril de 2025. Segunda del abono. Media plaza. Dos horas y treinta y cinco minutos de festejo. Presidió Fernando Fernández-Figuera. Se lidiaron toros de Fuente Ymbro, sin finales y de poco estilo; sólo destacó el 4º. 1º, sin clase y sin humillación; 2º, desfondado y sin estilo; 3º, impetuoso aunque irregular, sin estilo; 4º, de mejor estilo y fondo; 5º, poco fondo; 6º, incierto.
- Lama de Góngora, de púrpura y oro. Estocada tendida (ovación); estocada (oreja).
- Calerito, de verde botella y oro. Estocada caída y estocada (ovación); pinchazo y estocada (vuelta al ruedo tras leve petición).
- Samuel Navalón, de blanco y oro. Estocada (vuelta al ruedo tras leve petición); dos pinchazos y estocada (silencio).
- Incidencias: se guardó un minuto de silencio en memoria de Alfonso Ordóñez. Parte médico de Calerito: «Traumatismo a nivel de rodilla derecha. Presenta limitación en la flexo-extensión con dolor en las maniobras de flexión y extensión de la articulación. No deformidad ni signos inflamatorios. Se recomienda estudio radiológico complementario para determinar alcance de la lesión»
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