Toros
El turismo taurino se esfuma por la pandemia: «Hemos dejado de facturar 350.000 euros»
Las ganaderías de bravo diversificaron sus modelos de negocio, abriendo las puertas de sus fincas al turismo para equilibrar la balanza por las pérdidas que supone la crianza de un toro de lidia
Jesús Bayort
Por el paraíso del toro bravo galopa un torrencial de agua que desciende desde las laderas y anega los arroyos. El verde ya ha conquistado los campos de Andalucía en el otoñal más duro que se recuerda . Lluvias que han sonado a ... cante grande en el encinar de la Sierra Norte de Sevilla , centro neurálgico de la crianza del toro de lidia. Sublimación animalista del siglo XXI.
Los molinos de pienso van a marchas forzadas para abastecer el remanente de toros que abarrotan los cercados durante esta excepcional temporada. Están listos para lidiarse y engalanados para recibir visitas . Llevan meses sin divisar veedores que los reseñen para las grandes ferias ni turistas que los visiten, asombrados por su apolínea estampa pictórica . Aún mantienen la esperanza de salir al encuentro de un torero por la puerta de chiqueros, en lugar de postrarse ante un matarife en el cajón del desolladero .
La pandemia también ha sesgado la vía alternativa que daba viabilidad a tantas ganaderías de bravo: el turismo . Visitas elementales, ora divulgativas, ora recaudatorias . Fincas expresamente adaptadas para recibir grandes grupos de visitantes , con remolques acondicionados para pasear por los cercados donde se cría el toro de lidia y naves habilitadas para organizar tertulias gastronómicas.
Más de veinte años llevan recibiendo turistas extranjeros en la finca Mirandilla de Gerena . La legendaria ganadería del Marqués de Albaserrada supo reinventarse conforme su divisa iba desapareciendo de los carteles de las grandes ferias. Paulatinamente se ha ido dotando su marca con un sello de calidad para los principales operadores turísticos .
Fabrice Torrito (Nimes, Francia, 1964) desembarcó en Sevilla como empleado del pabellón de Francia de la Expo’92 , aunque traía un objetivo diferente: acercarse al toro bravo y formar parte de su vida. Y así llegó a la finca del Marqués de Albaserrada. Ahora es su mayoral y el encargado del negocio turístico .
7.000 turistas en un año
Esta crisis les ha impedido facturar más de 350.000 euros : «Este año iba a ser espectacular para nosotros. Teníamos más acuerdos que nunca con las agencias de viajes». Sólo en 2019 tuvieron más de 200 eventos en los que recibieron 7.000 visitantes , quienes pagan unos 50 euros por un tour en el que se les muestra cómo nace, vive y se lidia un toro bravo. Cierran el evento con un almuerzo en las dependencias del histórico cortijo .
Para esas jornadas ampliaban la plantilla habitual de la ganadería: «Formamos una cadena humana gerenense : compramos la comida en el pueblo, de donde también contratamos camareros, cocineros, tractoristas y novilleros». Todos esos puestos eventuales han desaparecido. Llevan desde el 14 de marzo sin recibir grupos : «Los últimos fueron unos agricultores suizos de una cooperativa de maíz».
Sus principales clientes son marcas internacionales que contratan estos servicios para invitar a sus trabajadores. Se le vienen nombres como Nissan o Mercedes a la cabeza. Esa falta de ingresos ha repercutido directamente en la ganadería: «Hemos tenido que hacer un ERTE a tres trabajadores . Ahora mismo sólo estamos dos para echar de comer y cubrir todas las atenciones que necesita el ganado». No sabe si serán capaces de encerrar todos los toros y las vacas para el saneamiento de la semana próxima , impuesto semestralmente por la Administración.
Junto a la i nveterada placita de tientas se readaptó un corral de labor para poder hacer faenas más notorias: la Cerca de los Franceses , se llama. «La placita antigua tiene un ruedo muy chico y no podíamos lidiar toros con gran volumen. Varios grupos de aficionados f ranceses invirtieron su dinero y tiempo en venir a la finca y reconvertir este corral en una amplia plaza de toros». Allí tienen colocadas unas gradas supletorias preparadas para recibir a medio centenar de aficionados en las fiestas camperas que organiza la ganadería para darle salida a los animales sobrantes de cada temporada.
Juan Pedro Domecq
En las antípodas del Marqués de Albaserrada está la ganadería de Juan Pedro Domecq . Referente en las principales ferias de España y Francia , que acaba de organizar la logística de la finca para su i ncursión en el sector turístico . Una labor que realizará en exclusividad con la e mpresa Aprende de Toros , marca consolidada que opera desde Sevilla y gestiona visitas a más de 90 ganaderías de toda la Península Ibérica.
A bordo de un todoterreno, invitan a ABC de Sevilla a adentrarse en el corazón de los toros más cotizados del panorama taurino , objeto de disputas entre figuras y apoderados. El mayoral de la ganadería, Emilio Romero , y el responsable de las visitas turísticas, José María Ramos , son los encargados de guiarnos durante esta ruta que podrán hacer quienes se interesen en contratarla a través de su página web, www.juanpedrodomecq.es .
Un itinerario establecido que atraviesa la finca Lo Álvaro . Vacas en gestación, novillos, toros de salida, sementales… No hay zoológico más participativo que éste . Durante el didáctico camino también se conoce el utillaje necesario para su manejo: los corrales, cajones de cura, cuadras o guadarnés ; y las dos implementaciones que popularizó entre los ganaderos de bravo Juan Pedro Domecq Solís: el Unifeed , un remolque mezclador de piensos; y el Tauródromo , un corredero que sirve como pista de atletismo para las corridas.
Un cercado que podría albergar varios campos de fútbol expone los principales toros que se lidiarán en 2021 . El conjunto lo hará como cinqueños por el déficit de festejos de esta temporada. No hay cabida en esta casa para un animal destartalado. Es un catálogo de belleza al alcance de pocas ganaderías: manos cortas, lomo recto, amplitud de cuello y pitones dibujados.
De los más de ciento veinte toros previstos para 2020, sólo han podido lidiar treinta y tres . La ganadería se ha visto obligada a reducir doscientas vacas de vientre para equilibrar la futura demanda. En mitad de estos cercados ofrecen al turista una parada para degustar los ibéricos de la familia Domecq . «La respuesta generalizada de los visitantes es homogénea: “esto no nos lo habían contado así”». Un negocio que de no ganar aficionados, reduce los índices discrepantes .
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