Eneko Andueza: «Vox le está haciendo un favor a Podemos enarbolando la fiesta de los toros»

Detesta los manidos tópicos de «toristas o toreristas», aunque su apología del toro íntegro y encastado sería prueba suficiente para los justicieros de esa polarización. «No quiero que me encasillen, porque lo mismo me gusta un toro de Dolores Aguirre que una faena de Pablo Aguado o Diego Urdiales ». La dedicatoria revela el germen de esta pasión: « A mi abuelo Mauricio , que me inculcó los valores socialistas y la afición de los toros. Porque soy como soy gracias a él». Tiene enmarcado el recuerdo de su primer contacto con el Arte de Cúchares : «Tenía tres años y fue en el tradicional festival de Eibar . Aparece Luis Francisco Esplá ejecutando una chicuelina y yo, al fondo, con los pies colgando del tendido». Gastó sus primeros sueldos en el abono de la Aste Nagusia de Vista Alegre y acabó siendo el presidente de la peña taurina de su pueblo, organizando de este modo los festivales que embrionaron su pasión.

Le han llovido los insultos y las amenazas desde que se conoció su publicación.

Uno ya está acostumbrado a la polémica, pero hay mensajes que duelen especialmente. Me duele que me amenacen ahora, cuando, por mi implicación política, tuve que llevar escolta durante ocho años de mi juventud. La mayoría de las críticas viene de personas que no se han molestado ni en leer una página del libro. Da muestra de en lo que se han convertido las redes y la sociedad: la crítica fácil se hace dueña de lo que debería ser un espíritu crítico.

Ya le habían avisado varias veces que su afición taurina sería perjudicial para su carrera política.

Sí que hay gente que me lo había dicho. Aunque me parecería muy hipócrita tener que ocultar ahora mi militancia taurina, cuando llevo toda la vida llevando a gala mi afición. Es un momento en el que se necesitan personas comprometidas que se mojen por la fiesta. Sería absurdo que el hecho de tener un cargo político me obligase a renegar.

También ha tenido un desencuentro con el director general de Bienestar Animal, adlátere de Pablo Iglesias.

Parece que no le gustó la publicación de un libro sobre esta cuestión y se sintió interpelado de salir a la palestra. Lo hizo de una manera muy desafortunada, nombrando a nuestro fundador, Pablo Iglesias Posse, y asegurando que él nos hubiese expulsado del partido. Es cierto que Iglesias Posse quiso retirar la crítica taurina de El Socialista, pero recibió tantas criticas que rectificó. En mi partido siempre se ha respetado la pluralidad. Las purgas políticas se las dejamos a ellos, que están más acostumbrados.

¿Cree que la coalición con un partido así es una estocada a la fiesta?

No debería tener porqué, puesto que en el Consejo de Ministros están Carmen Calvo y José Luis Ábalos, que son dos arietes perfectos en defensa de la tauromaquia. Una de las grandes virtudes de la fiesta de los toros es que aglutina a gente con pensamientos muy diferentes. Debemos tener fuerza y ponerla en valor para que los gobernantes nos den el sitio que merecemos. Y cabe recordar que hubo gobiernos con colores muy diferentes que no incluyeron un euro de más por los toros.

En el libro habla de «vacunar a la tauromaquia frente a la patrimonialización y uso partidista».

El mayor favor que se le puede hacer a Podemos con respecto a los toros es que Vox enarbole la tauromaquia. Polarizar siempre lleva a los extremos. Y los toros no es una cuestión ideológica: es absurdo pensar que en Las Ventas, Pamplona o Bilbao confluyan personas de una misma ideología. Si hay algo puro y diverso es la tauromaquia, donde no todos estamos cortados por el mismo patrón.

El prólogo está escrito por la actual vicepresidenta primera del Gobierno.

Aunque para mí ha sido un honor, resulta que ha sido única y exclusivamente decisión suya. El vínculo con ella me llega desde lo taurino, no de lo político. En cuanto Carmen se enteró de que andaba sumergido en esta obra se ofreció para prologarlo. Es muestra de un compromiso muy real y sincero.

¿En qué momento se polarizó la fiesta de los toros?

No lo sé. La polémica no es ni de ahora ni de antes. Taurinos y antitaurinos hubo desde el inicio de la fiesta de los toros. Pero es cierto que en los últimos tiempos se está polarizando todo. Llevándose a extremos. Cualquier cuestión social no tiene término medio. Dentro de la paleta de colores solo hay blanco o negro. Y eso ha pasado en los toros. No genera indiferencia: o amor u odio.

Hay un apartado dedicado a Joselito, como abanderado de la justicia social.

Conste que de Joselito se desconoce por completo su ideología. Pero en cuanto a justicia social lo encuentro un ejemplo magnífico: era un adelantado de su época. El toro es del pueblo y la mejor manera de reflejarlo fue con la construcción de las plazas monumentales para abaratar el coste de las entradas. Es una figura que merecía ser destacada.