Curro Romero: «El mundo del toro debe pensar en el futuro de todos y ser una unión para alcanzar el bien común»

Curro está pasando este período de cuarentena en su domicilio de la urbanización Terrazas de Vega del Rey (Camas ) , donde además está recuperándose de la afección de garganta que ha superado recientemente . El Faraón reconoce que está echando las horas del día viendo reposiciones de corridas de toros, de partidos del Betis y de tenis, según ha declarado a Mundotoro, recogiendo estas palabras EFE.

Curro es ha mandado un mensaje de unidad a todo el colectivo taurino: «Como ocurre en el tenis, el toreo es individual, no es un equipo de fútbol, pero a hora mismo debemos pensar en el futuro de todos y ser una unión para alcanzar el bien común». Es por ello que ha demanda «una plataforma o un órgano que aglutine y dé voz a todos», explicando que «las grandes ferias, con todo el respaldo que tienen detrás, seguirán existiendo, pero el pueblo que pierde al toro no le volverá a ver salir de chiqueros ».

Hace varios años que el maestro decidió dejar el enorme palacete en el que vivía en la localidad aljarafeña de Gines para vivir en un adosado más acogedor en su tierra natal . «Aquí todo es más manejable porque lo tengo a mano. Ya voy teniendo una edad». Los pasillos de su nueva residencia se han convertido en su particular pista de atletismo: « Me obligo a andar unos cuarenta minutos al día . Ahora añoro los días de tentaderos que vivía durante la primavera».

El Faraón lamenta que este parón de la actividad vaya a frenar a « un buen manojo de toreros que este año tenían por delante Sevilla y Madrid para explotar del todo y les va a truncar su evolución. L o siento más por ellos que por las figuras , que me perdonen, pero ya son referentes y regresarán en el mismo lugar».

Calificó de «horror ver que, después de tanto sacrificio durante cuatro años por criar un toro de bandera, les dan 500 euros en el matadero por ella , y el problema es que, no sólo es por una, sino que decenas, centenares incluso, de ellas tienen ese final ahora mismo: van a desaparecer muchas ganaderías».

El maestro quiso recordar la etapa dorada que conoció del toreo: « En mi época, estaba el torero dominador, el artista, el de clase . No era lo mismo ver a Camino que a Puerta o a Ordóñez que a Bienvenida. Había cabida para todos esos y también para los Pepe Luis, Manzanares, Viti, Paula… Fíjate los nombres. La baraja de figuras, no de toreros, de figuras, era inmensa y cada matador imprimía su sello a animales que tenían esa movilidad de entonces».

Sin anclarse en nostalgias, Curro ratificó su fe en el toreo y en su futuro con su admiración en toreros como el riojano Diego Urdiales , un «torero distinto con una pureza extraordinaria que se ha hecho con corridas durísimas, y que además es una persona magnífica»; y Pablo Aguado , que «puede ser el torero de Sevilla que todo el mundo espera».

Dijo que Aguado «tiene todo lo que busca la afición sevillana en un torero », «otro de los que transmite pureza, naturalidad al traerse a esa fiera con pitones a una velocidad tan despacito » y, además, «es una persona sencilla, equilibrada, que tiene una educación y una formación, eso le hace ser prudente, una gran virtud».