el momento de la verdad
Jandilla calla el 'hit' de la temporada con el toro de Sevilla
El armónico conjunto de Borja Domecq, con un Zacateca de divinas hechuras e informal casta, pegó un baño en presentación a corridas pasadas, aunque luego no embistió como se esperaba
Hay que vetar a Juan Ortega
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Iniciar sesiónCuando estábamos a punto de escuchar en la radio el 'hit' de la temporada, 'No hay toros en el campo', cuando la afición se disponía a perrear el reguetón taurino de moda, de repente, apareció un toro de Jandilla de hermosa lámina, con ... el trapío exacto, con las hechuras de la divinidad sevillana.
Tuvo que venir el hierro de la estrella y las seis puntas para desdecir la cantinela del «no hay» y lanzar un soniquete de niños de San Ildefonso: «Este va a embestir». Desde el sorteo de la lotería matinal había enamorado a las cuadrillas el número 157, cortito de manos, un tacazo guapo a rabiar. Tan 'chaparrito' este Zacateca, que era su nombre. Colocaba la cara y embestía con todo, pero a veces de tanto ímpetu se descoordinaba y perdía las manos, lo que complicaba el entendimiento entre toro y torero. Tomás Rufo quiso siempre mucho, apostando, aunque incómodo con tan complejo animal. No ayudó el viento, que le impidió sacárselo a los medios, y ya nunca se sabrá si en otras distancias la casta picante e informal hubiese respondido mejor y más. Pero los toros no son un lienzo de usar, tirar y cambiar. Ay, qué difícil es el toreo y qué difícil criar el ganado; después de eso, nada; y después, introducir una palabra en la RAE: «Se tarda fácilmente dos años», según Muñoz Machado, estudioso de diccionarios y de toros bravos.
El caso es que aquel Zacateca que tanto prometía (y también engañó) se arrastró intacto con una ovación. Triste como su acepción: «Agente de pompas fúnebres vestido de librea que asistía a los entierros». Para evi-tar campanas lúgubres Manzanares se había lanzado como un león sobre el peto para recolocar en su montura al picador. Fue lo más aplaudido y ya se postula para quite de la feria. Un quite atípico, pero donde sacó más agallas que ante el Picarón del estreno, de perfecta expresión y notas de buen son y humillación. Ni uno le embistió a Talavante. Porque las hechuras de vez en cuando también fallan. Pero Borja Domecq cumplió con el requisito primero: la presentación, salvo algún pitón menos decoroso.
EL MOMENTO DE LA VERDAD
Última hora: ¡A Juan Ortega le dan un aviso en el primer muletazo!
Rosario PérezSu armónica corrida -de decepcionante juego- pegaba un baño a los dislates de desigualdad de otros conjuntos recientes, con animales de perfiles empobrecidos y otros de embastecidas hechuras. Siempre se ha dicho que estos primeros meses el toro de ciertas zonas lo acusa más, pero si no hay para elegir lo 'bonito' en abril, que tiemblen los corrales cuando llegue septiembre. Qué difícil encontrar el toro de Sevilla, que parece más de Sevilla cuando embiste.
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