Toros
Así ha sido el paso de Cayetano Rivera y Pablo Aguado por Ecuador
Los dos toreros han triunfado en el país centroamericano tras participar en el festival taurino Arte y Solera de la plaza de Tambo Mulaló
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Oreja a la naturalidad y aplomo de Pablo Aguado
Goretti Domecq
Ecuador
Las figuras del toreo Cayetano Rivera Ordoñez y Pablo Aguado cruzan el charco para conquistar una vez más a la afición de Ecuador, un país que enamora por su gente, por sus paisajes y por su forma tan pasional de vivir, algo que ... los toreros españoles han podido disfrutar durante estos días que han pasado en 'las Américas'. Un lugar al que cuando uno llega se siente como en casa.
Cayetano y Aguado han realizado un viaje de casi nueve mil kilómetros que inició el pasado martes para participar el 1 de diciembre en el tradicional festival taurino Arte y Solera, que se viene celebrando en los últimos años en el coso ecuatoriano Tambo Mulaló, en el distrito de Latacunga. El torero sevillano repite en esta plaza donde ya ha cosechado grandes triunfos, sin ir más lejos el año pasado indultó un toro de la Ganadería de Peñas Blancas y otro este. La afición local siente especial devoción por él, y aseguran que es una gran ilusión tenerle allí. Por su parte, el madrileño vuelve al país ecuatoriano trece años después de haber pisado el ruedo de la plaza de Iñaquito, donde actualmente están prohibidos las corridas de toros. Lo hizo ante una gran expectación que además ha supuesto su reaparición.
Los toreros españoles fueron unos días antes para prepararse y adaptarse a la altura del país, ya que han tenido que torear a 2.500 metros de altitud. El miércoles acudieron a una magnífica tienta en la finca de Peñas Blancas, en Pintag, provincia de Pichincha, como a una hora de Quito que es propiedad de la familia Roldán. Allí compartieron lidia con el novillero local José Tomás Arias y el aficionado práctico ecuatoriano Gonzalo Dueñas. Se lidiaron seis vacas de entre las que había de Santa Coloma y de Peñas Blancas, procedencia de Garcigrande y Domecq. Tanto Cayetano como Pablo Aguado deleitaron al público que allí se encontraba, demostrando una gran dimensión frente a unas vacas que dieron un gran juego. El tentadero fue en una plaza de piedras idílica, entre montañas y a más de 3.500 metros de altura. Al término, los allí presentes pudieron disfrutar de una comida en el palco, caracterizado por una chimenea que hacía más acogedor aún el momento.
Con el objetivo de fomentar los toros en el país donde hay una gran afición, pero escasas posibilidades de disfrutarla los ganaderos animan a sus invitados a la tienta a salir a dar unos pases después de los maestros. Por ello, se echaron también al ruedo a disfrutar de la buena embestida de las santacolomeñas que salieron, además del ganadero Cristóbal Roldán o su hijo Juan Sebastián numerosos aficionados.
El día previo al festival los anfitriones organizaron otro tentadero con ganado del mismo hierro que el día anterior en Tambo Mulaló para que los toreros pudiesen probarse en el mismo lugar que actuarían para el público ecuatoriano que con tanta ilusión les esperaba. Allí torearon seis vacas: dos Cayetano, dos Pablo Aguado, una Gonzalo Dueñas y una el ganadero.
Además, los toreros llegados de España pudieron entretenerse viendo la colección de cuadros del pintor ecuatoriano Cristóbal González Guzmán, encargado de decorar la plaza el día del festival exponiendo enormes obras por el interior del coso y también varios lienzos con figuras de toreros en los diferentes burladeros, asumiendo que el toro los iba a destrozar envistiéndoles, algo que decía ser parte del reto y del encanto al que se estaba sometiendo. En el tiempo que han estado Aguado y Cayetano en Ecuador también han aprovechado para conocer y pasear por el centro de Quito, de la que han destacado su impresionante Iglesia de la Compañía de Jesús, que se caracteriza por tener su interior cubierto con pan de oro lo que la hace una auténtica maravilla.
Para toreros y aficionados, la tauromaquia en Latinoamérica se vive de una forma especial, o aparentemente más disfrutona y relajada que en nuestro país. Esto se debe a que ya la temporada española ha terminado y la frecuencia entre corrida y corrida no es tan intensa. A eso habría que añadirle la personalidad de sus paisanos, su dulzura, lo hospitalarios que son o la empatía que tienen para hacer sentir mejor a quienes vienen de fuera.
Desde que se suprimieran los toros en el coso de Iñaquito, Tambo Mulaló se ha convertido en uno de las plazas de referencia de la zona y con mayor peso del Ecuador taurino, ya que cada año cuenta con una mayor afluencia gracias al esfuerzo que realizan por mantener viva la llama de la tauromaquia en el distrito. El coso se ha convertido en el predio que más festejos taurinos da a nivel nacional con más de 25 eventos por año y su feria más Importante, Arte y Solera se ha convertido en el espectáculo taurino más relevante y exclusivo de la temporada taurina nacional.
Este año, la feria de Arte y Solera contó con Pablo Aguado y Cayetano, quienes se enfrentaron a 4 reses de las ganaderías de Peñasblancas. Acompañando a los matadores, estuvieron los novilleros ecuatorianos José Tomás Arias y Gonzalo Dueñas quienes lidiaron dos reses más de los mismos hierros. El triunfador de la noche fue el torero sevillano quien llegó a indultar un toro por segundo año consecutivo en esta plaza.
Este era el cuarto año que Pablo Aguado actuaba en Tambo Mulaló, una plaza talismán en la que no deja de cosechar triunfos y que cuenta con un público completamente entregado. Desde las gradas se podía escuchar a aficionados ecuatorianos que decían seguirle desde su alternativa y que no se pierden una feria de Sevilla donde poder verle en la Real Maestranza de Caballería.
Por su parte, Cayetano era la primera vez que asumía este compromiso en la feria de Arte y Solera, algo que se tomó con mucha responsabilidad y compromiso para un festejo que suponía su reaparición tras estar meses de baja por una lesión de muñeca. Para ello, ha estado preparándose en el Centro de Alto Rendimiento de Sierra Nevada, situado a una altitud de 2.300 metros ya que el festejo se desarrollaba en una plaza de toros que se encuentra a unos 2.800 metros sobre el nivel del mar algo que produce que el nivel de oxígeno sea muy diferente a lo que el torero está acostumbrado. Este duro entrenamiento lo hacen los deportistas de alto nivel con el que buscan mejorar su rendimiento posterior. El torero madrileño incluso ha estado entrenando con una máscara de elevación, que tal y como nos explicaba es un artilugio que simula la respiración a una altitud mayor a la que realmente está y así le permite seguir mejorando la capacidad pulmonar, resistencia y rendimiento.
Tras cumplir sus compromisos, los toreros volvieron a España después de haber dejado huella y triunfos en el Ecuador, lugar que les ha dado un enorme cariño.
Al terminar el festival los asistentes pudieron disfrutar de una fiesta amenizada por el grupo sevillano La Cuarta Cuerda, que debutaban en tierras latinoamericanas e hicieron vibrar a su público que no paró de bailar y pedir canciones a los artistas, quienes también repitieron en el mismo escenario el sábado para otro evento previsto en el marco de la feria.
Llama la atención como en Ecuador tratan con tanta admiración y respeto a nuestras costumbres convirtiéndolas en el eje de sus fiestas. Esto se debe al tema cultural que a través de la colonización estos países las han ido heredando.
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