Frente a la cultura de la cancelación que ahora propone el ministro de Cultura, Ernest Urtasun (Sumar), Morante de la Puebla hizo un simbólico alegato de la esencia cultural de España. Aquello fue en la Sala de la Corona del Edificio Pignatelli de Zaragoza, cuando la Reina Letizia le entregó el galardón a un Morante destocado frente a Su Majestad. Su terno era también un recuerdo a su ídolo Joselito el Gallo, compuesto por una elegante chaquetilla en terciopelo, calzona y camisa de chorreras, con botonadura dorada.
Aquella estampa de Morante de la Puebla fue especialmente aplaudida en redes sociales, cuando precisamente se había conocido la sentencia del Tribunal Supremo que anuló la exclusión de los toros del Bono CulturalJoven. El jurado del Premio Nacional de Tauromaquia propuso a José Antonio Morante como acreedor de este galardón en reconocimiento a «la singular personalidad creativa de un artista que recrea y renueva el toreo clásico para el público actual».
También destacó el jurado «su compromiso con la tauromaquia en un momento especialmente difícil tras la crisis provocada por la COVID-19, en la que el diestro, asumiendo su responsabilidad como primera figura del toreo, ha diversificado sus actuaciones, apostando por la variedad de encastes y de carteles, liderando el escalafón taurino en una temporada en la que ha desarrollado faenas memorables en las principales plazas españolas».
El Premio Nacional de Tauromaquia, concedido por el Ministerio de Cultura y Deporte, está destinado a reconocer la labor meritoria de una persona, entidad o institución durante la última temporada en el ejercicio de las diferentes actividades y manifestaciones de la Tauromaquia y está dotado con 30.000 euros. Cabe recordar que Morante de la Puebla donó los 30.000 euros a la Casa de la Misericordia de Pamplona, entidad benéfica que atiende a medio millar de ancianos en la capital navarra.
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