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molinetes y trincherazos

Los de arte a mandar y los de valor a acompañar

Ha sido la propia evolución del toro, el cual ha evolucionado a una nobleza tal, que ha beneficiado en gran medida a los toreros que saben torear

JESÚS SOTO DE PAULA

SEVILLA

Se han cambiado las tornas, ¡quien nos lo iba a decir! Siendo yo muy contrario a los dichosos tópicos, resulta que hoy, y en los últimos años, aquello tan manoseado y dictatorial de los de valor a mandar y los de arte a acompañar ha ... quedado en desuso para los mentideros de la fácil arenga, más cuando resulta que el que manda (de muchas temporadas para acá) es Morante de la Puebla, el diestro más clásico de este siglo. Vaya por delante que no menosprecio la importancia taquillera de Roca Rey, torero de arrojo donde los haya, filón para cineastas incluido, pero que con todos sus méritos (incontestables), al igual que los Talavante, Perera y César Jiménez, resultan ensombrecidos cuando en el panorama de los últimos cinco y seis años vemos a unos Diego Urdiales, Juan Ortega, Pablo Aguado (apunten el nombre de Mario Navas para la lista) quienes junto al mandato de Morante, son los auténticos valedores a la hora de confirmar los carteles de postín de todas las ferias de España. Merece pues la pena sopesar el porqué de tal dislocación o anomalía, y diría que ha sido la propia evolución del toro, el cual ha evolucionado a una nobleza tal, que ha beneficiado en gran medida a los toreros que saben torear, en contraste con esos otros, los del arrojo, el zapatillazo y el doble pase de pecho, a éstos les venía bien el toro difícil, el toro que te quiere quitar el corbatín, y ese toro... sale cada vez menos. No quiere decir que de cuando en cuando salga por chiqueros un «Cazarrata» y se encuentre con un valeroso Sánchez Vara, pero son los menos. La emoción del toro manso y difícil les viene que ni pintao a los toreros de arrojo, pues saben poner en valor sus valores lidiadores y gestas heroicas, tales como la de Manuel Escribano el pasado año. El toro de las dos últimas décadas viene a ser el más predecible y noble de la historia. Basta con ver cómo los cuidan los ganaderos, ahora además con las fundas, los correderos y la alquimia correspondiente basada en restar casta en aras de una clase más dócil a la hora de seguir los engaños. ¿Hacia dónde va el devenir del toro bravo? De momento podemos afirmar que ha cambiado hasta los tópicos más manidos, cosas de los tiempos.

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