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EN LAS ENTRAÑAS DEL MORANTISMO: CUANDO LOS PARTIDARIOS CABÍAN EN UNA FURGONETA

ABC acompañó al diestro de La Puebla del Río durante la conmemoración de sus veinticinco años de alternativa

Imagen tomada en los momentos previos a la alternativa, con unos partidarios que viajaron desde La Puebla en furgoneta J. M. Serrano
Jesús Bayort

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Los primeros rayos de luz traspasaban el frontal de nuestro coche cuando aún estábamos bordeando por la otra orilla del Guadalquivir. Ese costado de las Marismas. El de La Puebla del Río, el de Triana. Clareaba este 29 de junio, luminoso ... y calmado. Lejos quedaba ya el de 1997, tan desagradable, tan a contraestilo. El mismo sol que nos despidió a las ocho de la mañana en Sevilla nos adelantó en el camino para recibirnos a las dos de la tarde en Burgos. Gracias a Dios que hice caso («llévate una rebequita»). Era un viaje fugaz. Rápido, pese al tempranero zigzagueo por el viejo arrabal. «Hay que salir siempre por Triana», sentenciaba el maestro Emilio Muñoz, vigía del barrio de toreros y alfareros. Seis horas después pasamos del barroco al románico. Se evaporaban los setecientos kilómetros por la potencia de la emoción, por el motor de la cita: veinticinco aniversario de la alternativa de Morante de la Puebla. Bodas de plata del gran maestro moderno que encarna toda la riqueza del pasado. Regresamos a las entrañas del morantismo. Con obligaciones laborales, con sentimientos desbordados.

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