Toros en Sevilla
Emilio de Justo: «Sigo teniendo secuelas, antes de torear me tengo que medicar por la rigidez del cuello»
El extremeño reconoce el calvario posterior a su reaparición para recuperar la rotación natural del cuello
Pablo Aguado se sumerge en la Edad de Oro
Sevilla
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónPaso fronterizo entre Sevilla y Córdoba, vértice en el que se encuentran los términos municipales de Peñaflor, Palma del Río y Hornachuelos. Para los sevillanos, lugar en el que se crían los toros de la familia Martínez-Conradi; para los aficionados, paraíso bravo de los ... toros de La Quinta. Que este jueves saltarán al ruedo de la Maestranza tras su ilusionante debut del 2023. Debuta con ellos (en esta tierra) Emilio de Justo, que cierra en la finca 'Fuen La Higuera' su preparación previa a la Feria de Abril. Los ganaderos le enseñan la corrida a la cuadrilla. Junto a ellos, el trianero Manolo Luque, que habla con el poso de la veteranía y con la apreciación de la maestría: «Es la corrida con mejores hechuras que viene a Sevilla. Enseñando las caras, que es el gran vuelco de esta ganadería al encaste. Una corrida maravillosa, espectacular de bonita, de las que invitan a torear bien». Y se viene arriba el torero, que cuaja las tres becerras que hay encerradas en los corrales.
–¿Cómo se convive con el miedo a dos días de torear en la Maestranza?
–Cambia el carácter y cambia el humor, aunque uno se alegra de poder torear en la Feria de Abril. Sevilla es una plaza que pesa mucho. Te sientes observado y no te puedes tapar. Aquí nos exigimos los toreros más de lo habitual en otras plazas, sabes que los grandes aficionados y todos los profesionales están pendientes. Ese miedo lleva directamente a sacar lo mejor de uno mismo.
–Dos tardes: martes y jueves, Garcigrande y La Quinta. Dos ganaderías muy diferentes en la ética y en la estética.
–Las dos se me han dado bien hasta ahora y han marcado momentos importantes de mi carrera, a pesar de ser completamente diferentes en el trato que hay que darle a cada una.
–¿Cuál es el trato que hay que darle a cada una? ¿Cambia la forma de torear?
–El concepto no debe cambiar. La manera de sentir y de lo que se quiere plasmar debe ser la misma, aunque hay matices en esos dos encastes que cambian el planteamiento: el toque, el trazo o la altura. El de Santa Coloma es un toro muy especial en este sentido, con un ritmo más despacioso. Y el de Garcigrande, o Domecq, pide un toque más fuerte y pronunciado.
–Garcigrande no parece, como en años anteriores, ser la predilecta de las figuras. ¿No le escama eso?
–Siempre pasan estas cosas, que hay camadas muy buenas y al año siguiente todos se quieren apuntar, y al contrario. Cada año es una situación diferente en cada ganadería, como los toreros, que atraviesan sus momentos. Pienso que está en un momento tremendo para Sevilla. Y La Quinta igual.
–Toreó Garcigrande hace unos días en Arenas de San Pedro y en las imágenes pareció estar en un momento excepcional de calidad.
–Es una ganadería que saca clase, y a la vez exigencia. Con ese toro hay que estar muy convencido y atento en cada momento, porque salen muchos tipos de toros y de matices distintos. Igual que te puede salir uno con mucha clase, te puede salir un toro exigente con mucha fiereza. Con ellos debes comprometerte más.
–La Quinta está en un momento sublime de perfección morfológica, calidad y emoción, y con la afición de su parte.
–La familia Martínez-Conradi es muy querida por el aficionado, es algo que debemos asumir los toreros. Se merece que les vaya bien porque tienen un mérito enorme con lo que han conseguido con el toro de Santa Coloma.
–Como reapareció tan pronto, todos hemos dado por hecho que usted está completamente recuperado. Seguramente no sea así.
–Me cambió la vida. Fueron siete fracturas en el cuello, tocando atlas y axis. Llevar un corsé de inmovilización tantos meses me provocó secuelas, como no poder rotar el cuello. Aunque he avanzado bastante con la rehabilitación, lo he pasado muy mal. Toreando notaba esas secuelas y esa rigidez. Uno trata de sobreponerse con amor propio, carácter y vocación, pero no es fácil
–¿Qué nivel de recuperación ha logrado?
–He recuperado mucha movilidad, aunque siga teniendo secuelas. Sobretodo, dolores. Me levanto con muchas molestias y rigidez en el cuello. Aún sigo medicándome con antiinflamatorios para torear en plazas importantes.
–Hablando de esa rigidez. ¿Cree que hemos podido ser injustos al criticar la rigidez que transmitía delante de los toros con toda esa procesión que usted llevaba por dentro?
–No, porque sé que esa crítica es real. Es una cosa que no puedes tapar con un dedo.Se torea con la cintura, con las muñecas y también con el cuello y la cara. Y cuando esa inmovilidad te bloquea, eso se transmite. No me ha molestado que me vean así porque era consciente de que era la realidad. Cuando un torero reaparece debe ser con todas las de la ley.
–Cuando hay tantos triunfos en una misma feria, hay faenas que se diluyen en el recuerdo. Quizá pasó el año pasado con la del famoso toro Filósofo de Matilla. ¿Le preocupa el nivel de triunfalismo de lo que llevamos de Feria de Abril o, por el contrario, le motiva?
–Es lógico que cuando hay tantos toros buenos y triunfos que sólo algunos sea más sonoros. Nunca me he parado a pensar en el compañero que triunfa, sino en querer dar lo mejor de mí. Que sea lo que Dios quiera.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete