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Toros en la Feria de Abril de Sevilla

Manuel Escribano agiganta su leyenda en una Maestranza hostil e inhumana con Roca Rey

Plaza de Toros de la Maestranza

El torero de Gerena corta dos orejas en una faena épica y vibrante tras sobreponerse a una espeluznante cogida y recibir una cornada

Los tendidos de la Maestranza, transformados tras varias jornadas de benevolencia, rozaron lo irreverente contra Roca Rey; cortó una oreja Borja Jiménez tras una eléctrica labor

Manuel Escribano, de la enfermería a cortar dos orejas: «El toreo merece la pena por estos momentos»

Manuel Escribano, paseando las dos orejas del toro Fisgador de Victorino Martín
Manuel Escribano, paseando las dos orejas del toro Fisgador de Victorino Martín Juan Flores
Jesús Bayort

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A las seis y veinticinco de la tarde, al límite del clarinazo, subía Roca Rey por la calle Iris. Entre la marabunta, escoltado por su cuadrilla. Las caras lo decían todo. No estaba Hugo, su guardaespaldas, el Koldo del toreo. ... El caldero y plata resplandecía antes del gran gesto de su carrera. Dos minutos le esperaron los alguacilillos en el tercio, y diez más tardó Fernández Rey en lanzar el pañuelo blanco. Seguían colapsadas las escalerillas, los vomitorios. El público ocasional, como la gran estrella del momento, vive al límite. No dio tregua Manuel Escribano, como tampoco se la dio Disparate. De la herida a la heroicidad, en dos horas. Salió desentendido el primer victorino, que buscaba el burladero. Y Escribano tragando saliva, sobre el reclinatorio de la Maestranza. Hasta que lo vio el toro, que se tragó la larga y tres lances más, antes de tumbar a la leyenda. Estremecedora la voltereta, como la saña contra el ruedo.

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