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ABC Cultural

Feria de Bilbao

¡Ay si Hostelero hablara y las vacas riñesen a sus hijos!

Solo el gran sobrero, un ciclón de casta, salvó el honor de la mala corrida de Fuente Ymbro; le tocó a Fernando Adrián, que cortó una oreja de un toro de dos

La salvaje inmensidad de Roca Roca Rey en su tarde más grandiosa

Estocada hasta la bola de Fernando Adrián a Hostelero Efe
Rosario Pérez

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Vaya por delante que la corrida de Fuente Ymbro fue mala, alejada de su historial de bravura. Seria por delante y con distintos remates por detrás, el esperado encierro de Ricardo Gallardo no fue ese manantial que tantas embestidas bravas ha derramado. Afilados sus pitones ... y el corazón apagado, hasta que apareció Hostelero, número 49, negro, de 520 kilos y reseñado como primer sobrero. Pues fue este cuatreño el que salvó el honor de la divisa, un ciclón de casta con muchísmo que torear. Pasadas las siete, se iluminó el rostro de la afición con el fiero fuenteymbro, que no pedía permiso para embestir y que exigía un gobierno mayor. Sin embargo, Fernando Adrián se limitó más a pasarlo con ligereza que a dominarlo, aunque sin restar mérito a estar delante de aquella locomotora gaditana con la que había que sudar tinta china en la arena negra. Repetidor incansable, aguantaba más muletazos en cada tanda y demandaba un toreo por abajo que no llegó lo suficiente, aunque sí caló en parte del tendido por esa transmisión de la bravura, con una profundidad de río que busca el mar.

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