Hasta el rabo todo es Goya
Muletillas de rabo de toro, paté de perdiz de campo o jamón ibérico conformaban parte del menú 'vegetariano' y 'sostenible' de la gala del cine
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Iniciar sesiónLa noche de los pelmas (Rosa Belmonte dixit), esa noche presentada por Clara Lago, la misma vegana que invita a marchas antitaurinas, se cerró con un menú que tenía de verde lo que el tendón de Esteso de Aquiles. Muletillas de rabo de toro fueron ... el plato estrella.
«En los premios Goya han dado un ejemplo de sostenibilidad ecofriendly y han optado por un menú exclusivo de vegetales, lombrices e insectos. Eso sí, lo han disimulado con nombres tradicionales como jamón, paté, rabo de toro, pollo, lomo o morcilla. Todo por el bien del planeta», ha escrito Pedro Baños.
No han dejado una especie animal sin catar: desde el pollo al cerdo, desde el toro de lidia a la perdiz. Bonito su homenaje a la matanza, a la caza y a la tauromaquia en una noche con más paradojas. En la velada donde se reivindicaba la cultura como arma de los pueblos, esa que presenciaban los mismos que excluyeron las corridas del bono cultural, Sánchez e Iceta, se invitó al letrado de los toreros, Joaquín Moeckel, que desfiló por la alfombra roja como desfilarían los platos de paté de perdiz de campo, la flauta de morcilla y el rabo de toro.
El mensaje de somos cultura y tal chocaba no solo con el veto taurino en el bono, sino con lo que pasaría 48 horas después: el citado abogado taurino ha tenido que ir al juzgado esta misma mañana para reclamar las prestaciones negadas a un banderillero. Pero, claro, aquí todos son iguales, todos son industria cultural. De boquilla y hasta teniendo que aparecer el Supremo para sacar los colores a los de la censura.
En las butacas andaba Yolanda Díaz, que antepuso su ideología antitaurina a defender los derechos de los trabajadores taurinos en plena pandemia. Eso sí, parece que nadie vetó al rabo de toro y el jamón de jabugo -ese «cerdo muerto» por el que se manifestaron los animalistas en la concentración más ridícula que se recuerda- que se metieron entre pecho y espalda.
Por cierto, la actriz revelación por su papel en 'Cerdita', Laura Galán, es hija de un mozo de espadas, Teodoro Galán, el mismo que vistió a Iván Fandiño, el torero que entregó su vida en el ruedo. Frente al discurso del odio, la verdad del último héroe, sin sangre de pega ni efectos especiales. La realidad pura y dura del toreo que defiende Joaquín Sabina, el premiado que 'Sintiéndolo mucho' no fue a recoger su cabezón. Se libró así de los pelmas, pero ay, Joaquinito -que diría la Vargas-, te perdiste el jamón y lo de después... Porque hasta el rabo todo es toro y, a partir de ahora, hasta el rabo todo es Goya.
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