el momento de la verdad
No es política: son toros, los únicos que dicen la verdad
Sólo le pido al patrón de la Villa y Corte, San Isidro Labrador, que los tendidos de la catedral del toreo no se conviertan en bancadas de izquierdas ni derechas
¡Vaya cuadrilla!: no es cultura, es tortura
Los tendidos de Las Ventas
Sólo le pido al patrón de la Villa y Corte, San Isidro Labrador, que esta feria los tendidos de Las Ventas no se conviertan en graderíos del Congreso, en bancadas de propaganda electoral, y que la catedral del toro no se enmarañe con politiqueos. ... Porque el toro, se llame Comunista, Zapatero, Periodista o Farmacéutico, nada tiene que ver con la política, aunque a la izquierda de hoy no la reconozca ni el padre que la fundó y la derecha se apropie de una tradición que sólo le pertenece al pueblo.
Se viene un San Isidro marcado por la polémica decisión del ministro Urtasun de dar matarile al premio de tauromaquia. Una decisión arbitraria, sectaria e irresponsable por no asumir con decencia el cargo para el que se le ha nombrado: cuidar y no maltratar la tauromaquia. Ya lo dijo Emiliano García-Page, el barón socialista al que se le agradece su apoyo a la Fiesta. Como se agradece el apoyo de otros gobernantes de distinto signo.
Bienvenidas sean las declaraciones institucionales. Bienvenido sea el apoyo y la creación de tropecientos premios. Pero lo que los profesionales y aficionados desean es pliegos de condiciones acordes a la realidad, ver en perfecto estado de revista el coso donde reposan durante dos horas sus traseros y permitir que los niños, el futuro, vayan a las plazas de norte y sur. Y no 'cayetanizar' desde el propio sector.
Bienvenido sea el apoyo de las administraciones, que tienen la obligación por ley de velar por un patrimonio cultural llamado tauromaquia. La expresión artística más genuina, donde no hay más fango que el que deja la lluvia, donde las cornadas son de carne y hueso, donde la sombra y el sol conforman la democracia en tiempos de bulos y cortinas de váper. Humo de mentira, todo mentira.
Siempre nos quedará el toro, el único que dice la verdad.