La incógnita de Morante: ¿qué será de la temporada 2024?

La incertidumbre creció la noche del 29 de septiembre cuando el torero de La Puebla del Río cortó la temporada. Con un mensaje a su cuadrilla: el que quisiera que buscase colocación, porque José Antonio sabe que todos son padres de familia que necesitan buscarse la vida. El primero en hacerlo ha sido Juan José Trujillo, que, según adelantó Fernández Maldonado, vuelve a las filas de José María Manzanares. Otros, cuya trayectoria va ligada intrísicamente a Morante, prefieren esperar. ¿O alguien se imagina a Lili lidiando para otro y a las manos de Juan Carlos vistiendo otra piel distinta a la de su primo?

Preguntamos a su entorno si aquel mensaje del 29-S significa una retirada, a lo que responden que 'no'. Que la lesión de muñeca es delicada, que Morante está buscando la fórmula para no operarse y que no sabe cuánto tiempo tardará en recuperarse.

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Acompañamos a la otra familia del matador madrileño, la de los hombres de plata, la de los picadores, chófer y mozo de espadas, en su útima tarde en Salamanca antes del adiós en Madrid y Sevilla. Se va su maestro, se va su jefe, se va una parte de su vida

Lo que toree, si es que torea, también es una incógnita: apuestan los que lo conocen por una temporada corta y selecta en fechas y plazas muy elegidas. Porque Morante, el torero que traspasó las cien, el torero al que los ganaderos querían poner un monumento en su año del centenar con variedad de encastes, el torero que ha cortado un rabo en Sevilla, ha firmado ya las más bellas faenas que puedan plasmarse.

¿Y después del rabo qué? Ese día, algunos partidarios decían que se hubiesen cortado la coleta. Pero no: otros partidarios confían en que su última palabra no esté dicha, que falta la guinda de Madrid. Porque si hay un torero capaz de inundar Cibeles y arrebatar a Palomo su hito ese es José Antonio Morante Camacho.