Estocada a la Fiesta: la Plaza México se queda sin toros

De este modo, la esperanza que tenía la afición de que hubiera corridas a partir de enero se difumina, salvo que un milagro revierta próximamente ese recurso jurídico que impide conceder permisos a la alcaldía Benito Juárez para la celebración de festejos taurinos en el coso capitalino.

El comunicado de la empresa de la Monumental de Insurgentes, capitaneada por Alberto Baillères y Javier Sordo, se produjo después de que un grupo de aficionados, tenedores de tarjetas del Derecho de Apartado (los abonos), cuestionaran a los gerentes qué sucedería con ellos, con esa propiedad que en México es como un bien inmueble y que llevan tres años sin canjear.

En la nación hermana, los toros son el espectáculo más rentable tras el fútbol, el deporte rey, y los grandes conciertos de bandas internacionales. El símbolo de los toros en América encadena tres años de cierre debido a la pandemia, otro por la incapacidad de montar una temporada y el siguiente por los dictámenes judiciales.

La asociación ‘Justicia justa’ fue la promotora del amparo que llegó a solicitar protección judicial para prohibir cualquier evento taurino. Como un jarro de agua fría llegaba en mayo a los aficionados la noticia sobre la suspensión provisional mediante un juicio de amparo. El juez amplió el 10 de junio la prohibición a definitiva.

Este no es un problema que aparezca de improviso; ABC informó ya sobre la cancelación de los toros en la plaza más inmensa del mundo. La disputa legal la iniciaron los Verdes, pero en su momento parecía totalmente reversible. Sin embargo, debido a esta disputa legal se mantiene la suspensión definitiva, otorgada por un juez, que le impide albergar corridas de toros. Por este motivo, el recinto taurino no podrá retomar su actividad normal, que ya lleva suspendida desde el 27 de mayo de este año.

La triste noticia se cierne también ante la propiedad de la plaza, cuya apertura podría demorarse un año hasta que se resuelva el juicio de amparo, aunque los eventos de otra índole si podrán celebrarse. La plaza ha defendido los inagotables esfuerzos que ha realizado para tratar de rebatir el cierre mediante «todos los recursos legales». La administración de La México asegura que continuará combatiendo las resoluciones que han restringido la celebración de los festejos taurinos y no descansará hasta lograr un resultado favorable para la tauromaquia. El próximo jueves 8 está previsto que se conozca la resolución definitiva y, pese a haber incluso cancelado los contratos de toreros, los empresarios no pierden la esperanza de que la situación cambie a favor de la Fiesta.

El coso más relevante de Latinoamérica ha mantenido con fervor la tradición taurina gracias a una capacidad de 50.000 personas, que se ha visto fulminado por la tendencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que, bajo la premisa del «derecho a un medio ambiente sano», prohíbe las corridas y las peleas de gallos. Las cerca de 1.200 personas necesarias para abrir la plaza de toros en cada festejo seguirán sin trabajo.

Estos puestos de trabajo son directos y los necesarios para formar una logística que estaba formada por taquilleros, boleteros en los accesos, porteros, acomodadores, cojineros, vendedores y monosabios (encargados del mantenimiento del ruedo durante el festejo). A los que hay que añadir matadores con sus cuadrillas, los trabajadores de las cuadras de caballos de los picadores o los encargados de los caballos de arrastre, entre otros.

Podemos vislumbrar el futuro de los espectáculos taurinos por las declaraciones de Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México y mano derecha del presidente López Obrador. Sheinbaum ha pedido en reiteradas ocasiones que se organice una consulta pública sobre la suspensión de las corridas de toros en la Plaza México, conocida también como Monumental de Insurgentes. Dejando caer la postura de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional), el partido presidencial en el poder que, si bien no estaría de acuerdo con las corridas, deja el tema en una decisión popular que sólo trabucaría más la reapertura y arrojaría más polémica sobre la visión de los toros como un espectáculo cultural o como un maltrato animal.

Matando dos pájaros de un tiro: pasa la pelota a la población en un tema que precisa de la resolución de otros conflictos teniendo en cuenta la violencia en récord histórico y la economía asfixiada con la mayor inflación en 20 años. Y de esta forma se polariza a la sociedad en dos bandos. Una máxima que sigue Andrés Manuel López Obrador (AMLO), que se postuló a favor de la consulta para, según sus palabras, «tener la opinión de todos», ya que a su parecer «son temas polémicos».

Después de este varapalo, la empresa Don Bull dio a conocer que celebrará un serial de festejos taurinos en la plaza de Texcoco para que la Ciudad de México y sus alrededores no se queden sin toros. Según expresó dicha empresa, «esta determinación obedece a la necesidad de no quedarse de brazos cruzados ante las acciones de quienes pretenden acabar con la fiesta brava».