Las Ventas: las vacas no estarán orgullosas de sus hijos
Fracaso ganadero en una tarde ventosa y rara, en la que los novillos no honraron a sus madres y en la que Cid de María dio una vuelta al ruedo
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No estarán las vacas orgullosas de sus hijos: ni uno embistió de verdad. No funcionó el invento de las ganaderías madrileñas y no hubo triunfo posible, aunque en el último la mitad de la plaza pidiera la oreja por una faena alejadísima de tal premio. ... Y no porque Cid de María no lo intentara con disposición y dejara algún muletazo con su aquel, sino porque el de Sandoval tampoco fue el postre gourmet esperado: ni por dentro ni por fuera. Fue una tarde ventosa y rara, de ambiente con aroma a autobús y a gente feliz que pide música y quiere contar en su pueblo que ha visto un cesto de orejas. ¿Cómo se iban a cortar? Hubiese hecho falta el milagro de los peces y los panes con un conjunto tan descastado y deslucidísimo, sin entrega.
La realidad es que el sexteto no se empleó, tan ayuno de bravura y, eso sí, con ejemplares muy serios, varios auténticos toritos, con unas agujas astifinas que no se verán en Sevilla: los padres de algún abrileño parecían. Ojo al jabonero, de imponente lámina, y al que Gallego bregó por abajo, aunque no duraría ni un suspiro en la muleta. Derecho y con sereno valor se mostró Bruno Aloi con su bonito primero, uno de Peña que fue directo al cuerpo de salida y que desarrolló un peligro sordo frente al que no se amilanó el mexicano, aguantando miradas. Ya puede respirar tranquila Mónica, su mamá: su hijo está a salvo.
Como puede hacerlo Ana María, la de Cid de María –se anotó la única vuelta al ruedo, que ya tiene mérito; y en el tercero, de más genio que casta y que exigía mucho mando, dejó algún natural destacado– y Alina, la de Cristiano Torres, que se las vio con ese Caras Blancas que tanta expectación había despertado. ¿Alguien pensaba que con ese ahogado cuello iba a embestir el acarnerado animal? Lo que sí hizo fue amagos de saltar al callejón para saludar a la autoridad. Un chaparrón le cayó antes al presidente por no devolver al blando segundo de González, a la postre, el de más calidad.
Feria de la Comunidad de Madrid
- Monumental de las Ventas. Domingo, 4 de mayo de 2025. Último festejo de la Feria de la Comunidad de Madrid. 11.793 espectadores. Novillos de Ángel Luis Peña (1º), José González (2º), Guerrero y Carpintero (3º), Cerro Longo (4º), Caras Blancas de Carpio (5º) y Hermanos Sandoval (6º), serios, algunos feos, y deslucidos, mansotes y descastados, sin entrega en general; el blando 2º fue el de más calidad y el 3º, con geniecito, transmitió más.
- Bruno Aloi, de teja y oro: estocada corta trasera y con travesía y descabello (silencio tras aviso); varios pinchazos y descabellos (silencio).
- Cristiano Torres, de canela y oro: pinchazo y estocada desprendida (silencio tras aviso); estocada contraria caída (silencio tras aviso).
- Cid de María, de turquesa y oro (se presentaba en Madrid): tres pinchazos y estocada (silencio); estocada (petición de oreja y vuelta al ruedo).
Tranquilas, madres de la terna, esta novillada imposible no dará alas a sus hijos. «Que estudien, que esto es muy difícil y asusta», dijo una voz femenina sin maldad. Qué más quisieran ellas, qué más quisieran esas madres que allá donde otros ven arte y fama, ellas ven sacrificio y miedo. ¿Qué más desearían que sus hijos abandonaran el filo de la cornada y eligieran la seguridad de los libros? Pero su sueño es ser toreros. Por eso los apoyan, aunque esas madres no vean al hombre valiente de luces, sino al niño frágil que una noche acunaban. Por todas, por la suya y por la mía, por su sufrimiento silente, un brindis en su día.
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