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ABC Cultural

La fuente del toreo brota de las manos de Morante en Ávila

El maestro sale a hombros junto a Emilio de Justo, mientras que la espada priva a Sergio Rodríguez de un triunfo mayor, aunque muestra un gran concepto y elegancia

Corrida de la Prensa: después de Morante... nadie

Morante y De Justo salen a hombros de Ávila TAUROEMOCIÓN

ALICIA P. VELARDE

Ávila

«¡Gracias por lo del otro día, Morante!», gritó un aficionado desde el tendido. «Gracias ya por hacer el paseíllo», deberían haber contestado. Y gracias por lo de hoy: esculpió un monumento a la verónica en el recibo al cuarto, aunque el toro no ... terminó de dejar al maestro lucirse del todo. Aunque la media a pies juntos fue otra obra de arte. El de Garcigrande tenía mucha fijeza con el caballo, aunque no terminaba de decidirse. El toro en el capote iba hasta el final, pero le dio demasiados lances Curro Javier, que lo crujió demasiado. ¿Se puede hacer un inicio de faena más bello? Pues mejoró después la obra Morante, tan inexplicable como su toreo: las fuentes del toreo emanan de sus manos con una sublimación sin igual. Los naturales que derramó, quedarán en la retina, pero no pueden describirse. No duró mucho Congresista, ni falta que hacía. La obra, perfecta, fue rubricada con un estoconazo. La labor era de rabo, pero con Morante las orejas son despojos… y dos fueron a sus manos.

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