Fernando Adrián, la revelación de San Isidro: «La Puerta Grande me ha cambiado la vida»

-¿Ha querido ver las imágenes de la faena?

-La verdad es que me he querido esperar unos días, porque al final siempre que nos vemos cambian totalmente todas esas sensaciones que tiene uno una tarde que ha sido tan bonita. Al ver las imágenes, nos vemos todos los errores, muchas cosas que hay que seguir corrigiendo. Al final creo que es imprescindible ver las faenas para ir corrigiendo todos esos matices y todos esos errores que uno tiene que ir puliendo. Pero me he querido esperar unos días para asimilar y disfrutar esa Puerta Grande. Pero siempre me gusta verme para ver todas esas cosas.

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-¿Cómo vivió la tarde, y especialmente la faena al quinto?

-Fue una tarde que sabía que iba a ser muy difícil conseguir lo que conseguí, pero quería enseñar mi entrega y mi verdad, y sobre todo la entrega a mi profesión. Era imprescindible estar muy metido toda la tarde. Creo que tuve un primer toro que tuvo cosas buenas, pero creo que también fue un toro duro y difícil. Pero al final la vida y esta profesión nos pone en el camino cosas maravillosas, y Dios me dio ese gran toro, que no era un toro tampoco fácil, pero era un gran toro. Los toros cuando son bravos y embisten de esa forma, también hay que cuajarlos muy bien, estar muy precisos con ellos, y la verdad es que al final pude soñar con eso que llevaba soñando muchísimo tiempo y abrí esa Puerta Grande con ese gran toro.

-¿Cómo vivió la Puerta Grande con la Policía haciendo el pasillo, lo que generó el malestar de los aficionados?

-Creo que no puedo meterme en ese tipo de situaciones, pero vi varios accidentes, un caballo tirando a mujeres y niños… La Policía hace una gran labor, gracias a ellos siempre estamos protegidos, pero creo que en esos momentos la empresa debería mirarlo y tener cuidado. Por lo menos quitar los caballos, porque la gente en esos momentos nos quiere dar cariño, arroparnos. Esas Puertas Grandes que siempre se han vivido de tantísima gente arropando a los toreros al final es lo bonito y es la grandeza que tiene el torero.

-Ha pasado varios años en el banquillo. ¿Cómo ha vivido esa etapa?

-El tiempo, los años, los errores, todos esos momentos por los que he tenido que pasar son los que nos hacen crecer como toreros y como personas. Tanto en lo profesional como en lo personal me ha hecho madurar y cuajarme. Creo que al final el tiempo es lo que nos pone a cada uno en nuestro sitio y a mí me ha servido muchísimo para crecer como torero, y para poder llegar a donde estoy ahora mismo.

-Es uno de los triunfadores de San Isidro. ¿Le han llamado para la Beneficencia? ¿Le gustaría estar?

-Eso queda en manos de la empresa. Está claro que es una fecha muy significativa, y después de todo me haría mucha ilusión volver a esta gran plaza. Sobre todo porque es muy difícil, pero al final cuando pasan las cosas es la más bonita que hay en el mundo, y por eso es la plaza más importante del mundo.

-Hizo el paseíllo desmonterado, lo que sorprendió a todos. ¿Por alguna razón en especial?

-No, me lo ha preguntado mucha gente. Fueron sensaciones mías. Lo hice por mí.

-¿Qué espera del resto de temporada?

-No espero nada, tengo que seguir como he estado durante todo este tiempo, seguir viviendo por y para mi profesión, ser feliz, y sobre todo seguir entregado al toro, al toreo, y al final cuando uno está viviendo por y para ello, las cosas van siguiendo su camino. Lo que tengo que hacer es seguir igual de preparado, igual de mentalizado, y seguir aprovechando las oportunidades. Está claro que la vida me ha cambiado con esta Puerta Grande, así que al final esto te hace entrar en esas ferias por las que he luchado toda mi vida. Soy muy consciente del nivel que tienen las figuras, y que el nivel que tienen mis compañeros es alto, pero para ello estoy preparándome y estoy preparado.