Federación Taurina: casa de todas las peñas
Son uno de los artífices de la protección cultural del toro en la región
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En esto del movimiento taurino de Madrid hay muchas fechas, fechas que no son un recurso al aire, sino una ubicación en tiempo y espacio de dónde nació la criatura. Corría septiembre de 1987, la trinidad eran Antoñete, Curro y Espartaco. Y meses ... antes, un 28 de abril de ese mismo año, ya casi con 'los isidros' en boca, nacía la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid. Lo hizo atendiendo al declive de una federación predecesora, pero ya, comenta Jorge Fajardo, nacería con el futuro impuesto en la testuz y también con su voluntad de que los toros de la Comunidad tuvieran su representación en el pueblo, que es al final quien le da sentido.
Se trata, dice Fajardo, de «promover, ejercer la representación y defender ante los intereses públicos» toda organización «profesional taurina y demás grupos sociales relacionados con la tauromaquia». Justo ahí es donde empieza la historia que nos interesa, la de la Federación Taurina de la Comunidad de Madrid como «madre de todas las peñas», «casa de todas las peñas». Llevan a 54 de toda la Comunidad, cada cual a su forma y a su modo.
Abarcan más de 40 municipios y hay que ver a los órganos de la Federación Taurina, llevando todos a una a las asociaciones toreristas, a las más toristas, a las de los festejos populares, sin que se rompa la baraja. La tauromaquia es amplia, y la madre y la casa de los taurinos en Madrid, incide Fajardo, presidente desde 2006, «tiene vida propia». Una vida en la que recibieron en 2018 la Cruz del Dos de Mayo, que es algo que a Fajardo le gusta reiterar. Los miembros de la Federación, siquiera los que se han prestado al reportaje, van llenando el bar César. Al lado de Las Ventas. La Federación, sigue hablando Fajardo, fue una de esas instituciones que, contra viento y marea, instalaron «dos puntos de firmas en la plaza de Las Ventas» para recoger firmas después de que el espectáculo se declarara prohibido desde Tortosa al Pirineo. A Fajardo una nube de nostalgia se le sube a los ojos cuando rememora aquellos días, con el tenderete pidiendo rúbricas. Sus 140.000 firmas son su aporte de las casi 600.000 que se presentaron en el Congreso para dar cuerpo a la Ley 18/2023 que declararía la Tauromaquia como Patrimonio Cultural a través de la llamada Ley 18/2013.
Más allá, la Federación, todo lo plural que se quiera desplazó víveres y efectivos personales en la reciente Dana de Valencia.
La Federación, pues, es como una peña y no lo es. Es la casa de todas Tiene peso jurídico suficiente para lograr varios hitos. De entrada que un representante de la Federación esté presente en los sorteos de las plazas madrileñas. También un curso de introducción a la presidencia de festejos taurinos, que abarca a plazas de tercera y de cuarta.
«Una sola jornada». Para que alcaldes y concejales tengan unas bases de la norma autonómica. Hasta aquí va un trabajo institucional, entremezclado de lo vocacional y de los premios que entregan ,uno por cada puerta de Madrid; de la de Alcalá a la de Hierro... Lo que no tiene en cuenta es la pasión de Fajardo y cómo Fajardo la transmite a los suyos. Un lunes sin toros llena un restaurante cerca de Las Ventas, y allí queda retratada toda la variedad del toro en la Comunidad de Madrid. Sonia Rodríguez es federada de la Asociación Purísima y Oro de Valdemoro, presidenta, mujer en un mundo, hasta hace tres décadas, como quien dice, en manos de hombres. En su asociación, quién más está rayano a los 55 años, lo que es decir que se trata de una peña joven enmarcada en la Federación Taurina. Su grito es el grito de hacer ver a la Fiesta que «las mujeres son importantes». No llevan más de un año de existencia, hay que reiterarlo, y ya llevan el nervio de cambio. Bueno es.
Es la que brinda el periódico una oportunidad de verse, como es el caso, hay un rugir de alegrías en los cafés. No estaban los cerca de 8.000 asociados en los que cifra Fajardo la Federación, pero sí a quienes le son más cercanos a él. Como Jesús Cañete, secretario de la Federación, que lleva en este mundo del asociacionismo taurino mucho tiempo. Desde que en 1980, ya «andaba por estos mundos» desde su papel en la Peña Taurina El Barranco. Una cumbre improvisada de la Federación trae estas cosas. Saludos a gogó, y muchas anécdotas compartidas es lo que se ve en la tarde sin toro en las cercanías de Las Ventas.
Se departe con Miguel Ángel Rodríguez, asesor jurídico de la Federación, que se vanagloria de que por su trabajo está a punto de modificar el reglamento de la Comunidad de Madrid para acercar el toro al público. Un hito que reclaman con orgullo. El trabajo poco visto del despacho.
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