César Jiménez, ante la reaparición por un día: «Cuando dejé de torear no tenía intención de volver, porque dejé de sentirme como se tiene que sentir un torero»
El torero de Fuenlabrada volverá a vestirse de luces el próximo Domingo de Ramos en Arenas de San Pedro, junto a Emilio de Justo y Tomás Rufo
Morante y Juan Ortega, mano a mano por el trono del arte en Santander
Antes de tomar la alternativa en Nimes, allá por el 2002, César Jiménez se encerró con seis toros en Las Ventas para despedirse como novillero -una historia parecida vamos a vivir esta temporada con Marco Pérez, que tanta expectación está teniendo entre los ... aficionados-, en una «de las tardes más importantes de mi carrera». Jiménez fue líder del escalafón las dos temporadas siguientes, superando incluso las cien corridas. Salió en dos ocasiones por la puerta grande la Monumental madrileña en 2006, seguidas por una carrera desigual. «De idas y venidas, con picos y no muy larga», como explica el torero, que colgó los tratos en 2016.
Casi diez años después, anunciaba en la Sala Bienvenida de Las Ventas su vuelta a los ruedos. Será una única tarde, en Arenas de San Pedro el próximo 13 de abril Domingo de Ramos. «Me retiré hace nueve años, pero dejé de sentirme torero antes», le contaba César a Alfonso Santiago, que presentaba el acto. «Dejé de sentir la profesión como es, el entrenar, pensar en mejorar y todo lo que conlleva. Es otra forma de vivir, pero quiero volver a sentir esas sensaciones aunque sea de forma puntual».
Por hechuras, no parece que se hubiera retirado. Conserva su estampa como siempre. «Está muy delgado, siempre que lo veía pensaba que estaba para reaparecer», le decía Alberto García, CEO de Tauroemoción. «Tengo que meter algunos vestidos», confesaba el torero. «Creo que estoy cogiendo buena forma física, aunque me está costando coger el ritmo a las embestidas», ya que no puede ir mucho al campo con el temporal que hay. «Pero me estoy preparando como si fuera a torear la temporada».
Aunque quien es torero lo es para siempre, aunque se retire, explicó que «había dejado de ser torero», porque «siempre he intentado afrontar mi forma de vida tratando de tener algo que decir; por eso me retiré en Parla, porque no lo sentía igual». También echó la vista atrás a sus comienzos, aquellos «años de esplendor», con el boom inmobiliario y consumismo, en los que «era más fácil torear más y era todo más a lo grande. La Fiesta estaba en todos los medios». Y dio un toque de atención a los empresarios, para que «abran los carteles», porque son tiempos distintos, y se necesita dar paso a los jóvenes.
También ve cambios en el público, especialmente en Las Ventas: «En mi encerrona había buen ambiente, pero la gente estuvo dura. Aquellos años 90 había un sector más fuerte que ahora. Posteriormente, cuando confirmé, sí encontré a gran parte de la afición con ganas de empujarme al triunfo», aunque remarcó que «siempre me han tratado bien y me he sentido respetado».
Aunque colgara los trastos, nunca se ha desvinculado del mundo del toro: ha sido empresario, ganadero, apoderado, y, actualmente, comentarista. «He tocado un poco todos los palos por encima, y me ha ayudado a comprender todos los estamentos que tiene el mundo del toro». Y tiene claro que, «después de ser torero, lo más bonito es ser apoderado». Eso también le ha ayudado a tener otra perspectiva «que te da el tiempo y el estar fuera. No se evoluciona igual desde la presión. Yo dejé de pensar en torero, pero siempre piensas en el toro y estos años he seguido dándole vueltas».
Sobre el cartel explicó que «es un cartelazo, con dos toreros en un momento extraordinario, con esa frescura e ilusión que tienen que tener las figuras». Aunque añadió que no piensa mucho en el cartel, porque «me gustaría estar a la altura o estar por encima, pero no es la prioridad. Quiero estar bien de verdad, pero no me puedo compara con el sitio que tienen ellos dos ahora mismo».
Alberto García agradeció «la apuesta del Ayuntamiento, porque hace que Arenas sea uno de los pueblos más reconocidos de la provincia y también de España por su forma de tratar los festejos taurinos», ya que se organizan tres durante la temporada. Desde que Tauroemoción cogió las riendas del coso, rara ha sido la vez que no se ha llenado: «Es un pueblo de seis mil habitantes, y más de una vez se ha metido más gente en la plaza que habitantes».
«Nosotros entendemos que la tauromaquia es patrimonio cultural, y que los toros generan una actividad económica y una publicidad al pueblo muy grande», respondió Juan Carlos Sánchez, alcalde de Arenas, que siempre ha apostado por la tauromaquia, y está siendo un pilar fundamental para que este auge continúe en la localidad abulense.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete