Cariñena, tarde de vino y Goya para Luque y De Justo

Una corrida goyesca en la coqueta placita de Cariñena, un pueblo volcán con el acontecimiento desde el momento en que la localidad fue declarada Ciudad Europea del Vino. Plaza llena y toros de Montalvo, de lucida presencia, aunque de desigual juego, pero que sirvieron para que Daniel Luque y Emilio de Justo dejaran satisfecha a la concurrencia.

El espada que abría cartel, Cayetano, tuvo, sin duda, mucho que ver con la afluencia de público, aunque luego en la plaza pasara sin pena ni gloria. Por la mañana recibió parabienes y hasta estampó sus manos en el paseo de la fama, en donde rubrican las personalidades que aquí hacen por el vino, razón de ser de esta tierra. Ni con el reservón primero ni con el más claro cuarto encontró la senda del triunfo.

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A Daniel Luque le tocaron dos toros con poca casta ante los que sobrepuso a base de porfía y querer. A uno y otro les robó muletazos y series de mérito que nadie presumía, en las que todo lo puso el torero. Y a los dos les cortó una oreja.

Emilio de Justo se llevó el doble trofeo del tercero, el mejor de los de Montalvo. Se encajó con el capote y con la muleta cuajó una faena que fue a más. Muy metido con el toro en el trazo largo y la ligazón, a derechas y zurdas. Con el reserva que cerró plaza tampoco regateó esfuerzos y le arrancó otras dos orejas tras un estoconazo fulminante.

La tarde tuvo también tintes emotivos para el torero local Jesús Arruga, promotor del festejo, al que sus paisanos han puesto su nombre a la plaza. El de Cariñena, en la cuadrilla de Luque, brilló con los palos y recibió el brindis de los tres espadas.