Buena dimensión de Gómez del Pilar ante una encastada corrida de Baltasar Ibán
Cortó una oreja, como Sergio Serrano, en la segunda de la feria de Teruel
Ángel gonzále abad
Teruel
Una corrida de Baltasar Ibán sin excesos, desigual en las hechuras, pero con el denominador común de la casta, marcó el segundo festejo de la feria turolense del Ángel. Con alegres arrancadas al caballo, con codicia y celo ante los engaños, un conjunto que mantuvo ... el interés de la tarde de principio a fin y que tuvo entre los toreros dispar resultado.
De la terna destacó sobremanera Gómez del Pilar muy metido siempre en la corrida, lidiado con acierto y entregado y con buenas maneras con la muleta. El tercero demostró bravura ante el picador. Ángel Otero le sopló dos pares extraordinarios y dejó el ambiente a favor de un torero que más que disposición derrochó valor y buen sentido. A derechas lo embarcó con poder, dejándoselo pasar muy cerca en series ajustadas en donde siempre se impuso el torero, que dio una dimensión de firmeza apreciada por el público. Por el izquierdo las embestidas no eran igual de francas, pero a base de aguantar le robó naturales de mérito y paseó una oreja de ley.
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Al sexto lo lució en el caballo. El de Ibán resultó el menos claro, más remiso a la hora de embestir. Lo probó por los dos pitones sin que el esfuerzo tuviera recompensa.
La tarde no comenzó bien al partirse un pitón el que abrió plaza. Lo mantuvo el presidente contra la opinión general y el de Ibán embistió con dulzura al capote y la muleta de un Sergio Serrano que lo intentó por activa y por pasiva, y aunque la faena no entró nunca en una fase de éxito. Una estocada bastó para que se le pidiera la oreja y, en esta ocasión, el usía aceptó. El cuarto, que no escondía sus cinco años derrochó buenas embestidas por uno y otro pitón que Serrano aprovechó más entonado en una labor entusiasta mal rematada con los aceros.
El segundo fue muy mal lidiado y Fernando Adrián anduvo fácil con él. Lo molió a muletazos, a derecha e izquierda sin que nada quedara para el recuerdo. Con el quinto, al que le faltó entrega, quiso el torero arreglar su tarde. Más dispuesto, pero faltó quietud y mando.
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