La actitud de los tres novilleros y el buen concepto de Sergio Rodríguez, con una mansada en Las Ventas

El primero, de Rocío de la Cámara, echa las manos por delante en el capote de Mario Alcalde, y aculado en tablas estaba ya en banderillas. Intentó quitar por chicuelinas Sergio Rodríguez, sin éxito por la condición del animal. Sosito y flojeando continuó en la muleta, donde lo mejor de la faena llegó al final, con una tanda al natural de Alcalde y un final de faena con muletazos a pies juntos con la derecha sin montar la muleta, muy templados. La espada cayó desprendida y tuvo que usar el verduguillo, donde acertó a la sexta.

Muy protestado fue el cuarto, que tenía aspecto de vaquilla, y como tal embistió en el capote, con nervio. Tras el puyazo, se suavizó. Brindó al respetable el de Cuenca, y comenzó en los medios toreando directamente con la diestra. Dejó algún derechazo destacable, con la postura vertical. Al natural el novillo no humillaba nada, y salía desentendido. Muy por encima Alcalde del animal. Finaliza con manoletinas, y deja una estocada trasera y desprendida, que fue suficiente para que el novillo se echara y hubiera una tímida petición Ovación con saludos.

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El segundo, de Lora Sangrán, blandea de los cuartos traseros. Se gusta en banderillas Juan Carlos Rey, donde deja un gran par. Brinda Sergio Rodríguez al público, y comienza por una buena tanda con la diestra. Al natural, donde no termina de acoplarse con el toro, baja la intensidad de la faena, y vuelve a subir la con la tanda final con la diestra, e intentó calentar con un par de pases por la espalda, fuera de su concepto habitual, que no debería abandonar. Con la espada se lió: pinchó feo, dejó una estocada que hacía guardia y volvió a pinchar, tras lo que el toro se echó, sin darle tiempo a descabellar siquiera. Hizo un gesto de pedir perdón al público.

El quinto levantó al caballo por los pechos, derribando a Héctor Piña, que luego se pasó en el puyazo. Comenzó Sergio por bajo, y dejó muletazos toreros de remate. El de Lora Sangrán era muy manso y se vino a menos inmediatamente, por lo que Rodríguez optó por las cercanías. Con la espada dejó media caída, de efecto rápido. Tras una petición más sonora que de pañuelos, no atendida por el presidente, como es lógico por la colocación de la tizona, intentó el abulense dar una vuelta al ruedo, aunque se oyeron pitos, por lo que el novillero recogió una ovación y volvió al callejón. Muy por encima ha estado de su lote, con buenas maneras y las ideas claras, pero debe afilar el estoque para que no se le vayan premios, como hoy.

El tercero, de nuevo de Rocío de la Cámara, no muestra mejor condición que los anteriores. Le hizo un extraño a Eloy Hilario, al que prendió feamente por la taleguilla, aunque quedó todo en un susto. El quite de Chicuelo está muy socorrido últimamente cada tarde, y Alcalde volvió a hacerlo. El de Rocío de la Cámara adoleció de fuerzas, y poco pudo hacer el Melli, que estuvo aseado y por encima. Dejó una estocada algo contraria y trasera, que fue suficiente para que se echara el novillo.

Tras un interminable tercio de varas en el sexto, en el que el animal no quería ir ni por asomo al caballo, expuso mucho en banderillas Eloy Hilario, que volvió a sufrir otra voltereta, de nuevo sin consecuencias, saludando al terminar el tercio. Brindó al respetable el Melli, que mostró disposición con un novillo sin fijeza, áspero, y que no daba dos embestidas iguales. Dejó una estocada entera.