«Tuvo muy mala suerte: lo enganchó en el suelo después de haberse caído»
«Tuvo muy mala suerte: lo enganchó en el suelo después de haberse caído»
Varios de los testigos directos de la cogida de Daniel Jimeno han narrado a ABC, con la voz quebrada tras conocer la muerte del joven , cómo vivieron la situación. “Cuando le he visto, sabía que era muy grave, sangraba mucho”, comentó un trabajador en ... el dispositivo de seguridad. “Pobre chaval, joder”, apostilló.
“El chaval tuvo muy mala suerte, el toro lo enganchó de repente cuando estaba en el suelo después de haberse caído, ha sido muy mala suerte, yo estaba bastante cerca”, apuntó Iñigo, corredor habitual que madruga y recorre 60 kilómetros diarios para ponerse delante de los toros.
El vallado del encierro es un pequeño mundo que también cuenta con sus reglas (escritas o no). En el hueco que hay entre la primera barrera, destinada a servir de socorro a los corredores, y la segunda, donde se aposta el público, conviven agentes de diversos cuerpos policiales, sanitarios que participan en el dispositivo de atenciones, periodistas acreditados, sobre todo fotógrafos que buscan la mejor imagen de la carrera, y corredores habituales. Todos ellos tienen claro que lo primero es garantizar la seguridad de los mozos que se juegan literalmente la vida delante de los astados.
Nervios
Así, por ejemplo, los agentes del orden impiden que al principio de la carrera, cuando los toros no están cerca, aficionados se suban al vallado y dejen sin espacio a los corredores que pueden necesitar un resquicio por donde escapar. Esos mismos agentes son los que desalojan el recorrido del encierro una hora antes de que se inicie. En el caso de los fotógrafos, cada uno escoge un poste donde se coloca para hacer su trabajo, pero hay que llegar pronto para tener un buen lugar. Los más nerviosos son, sin duda, los sanitarios, que tienen que actuar en cuestión de segundos para evitar tragedias como la de Daniel Jimeno. Esta mañana no han podido hacer nada por su vida, teniendo en cuenta la tremenda cogida que sufrió. Por ello, sin duda ahora derrochan lágrimas.
De hecho, nada más terminar el encierro se podía adivinar en sus rostros la honda preocupación por lo sucedido. Entre ellos se encontraba Maite Esporrín, la concejal socialista que prendió la mecha del chupinazo y que es diplomada en Enfermería. Y es que destacadas personalidades del mundo de la política que tienen que ver con la medicina están participando estos días en el dispositivo sanitario, en la zona del vallado de Telefónica, donde se ha registrado el triste suceso. Además de Esporrín, han pasado por la zona la presidenta del Parlamento foral, Elena Torres, y la consejera de Salud del Gobierno de Navarra, María Kutz.
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