Terrible cornada de Manuel Perera con el tercer novillo del Freixo en Vistalegre

Todavía no ha cumplido los veinte años Manuel Perera. Lleva sólo una temporada con picadores: debutó con éxito en Olivenza, en marzo de 2020, también con reses de El Freixo . Desde entonces, lo apodera Juan José Padilla . Recibe por saltilleras al tercero, quita por tafalleras, muestra su total entrega. Saludan Valdeoro y Vázquez. Cuaja muletazos de mano baja y añade alardes con un novillo bravísimo, que se come los engaños. Se vuelca al matar, se queda en la cara y sufre una cornada realmente terrible: su cuadrilla saluda con una oreja (se pidió la segunda). Llegan noticias de que es cornada grave pero no preocupante.

El salmantino Antonio Grande ha triunfado ya en el Bolsín de Ciudad Rodrigo y en las Ferias de Santander y Salamanca, ha cortado un trofeo en Sevilla. Maneja con soltura los trastos, de pie y de rodillas, en el muy bravo primero: una faena muy de novillero, voluntariosa, algo desigual, rematada con una gran estocada: oreja. También intenta hacer el toreo clásico en el buen cuarto, estando todos bajo la impresión del percance de Perera. Esta vez mata a la segunda y saluda. Vuelve a lucirse lanceando al sexto, que brinda al herido. El trasteo no es redondo pero la línea que intenta seguir Grande es buena.

En la Feria de Otoño de 2019, el toledano Tomás Rufo logró abrir la Puerta Grande de Las Ventas (hacía cuatro años que lo había conseguido otro novillero, nada menos que Roca Rey). Brindó el novillo de su triunfo a Florito. La pandemia impidió su alternativa, ya anunciada. Desde marzo, lo apodera la casa Lozano : su huella se advierte en la búsqueda del dominio y el temple. En el noble segundo, comienza con largos naturales y suaves derechazos, de categoría. A su clásico estilo le sobran el encimismo y los cambiados. Se vuelca al matar: oreja. Lancea con suavidad y buen gusto al quinto, de gran nobleza. Brinda a su compañero herido. Los templados muletazos, alguno lentísimo, con el novillo cosido a la tela, levantan un clamor. Un revistero antiguo diría que «tienen usía». Vuelve a matar muy bien: dos justas orejas . Sale de aquí lanzado. Está claro que puede ser torero de categoría.

De los tres novilleros de esta tarde, Manuel Perera es el menos toreado. Lo ha compensado con una entrega absoluta. Juan José Padilla, su maestro y apoderado, sabe muy bien, porque lo ha vivido, esa unión de triunfo y tragedia. Que se recupere pronto el valentísimo Manuel Perera.