San Isidro
Rufo, primera figura del toreo
Corta una oreja y roza de nuevo la Puerta Grande después de una gran faena, que corrobora su categoría
Tomás Rufo en Las Ventas
Se acerca el final de la Feria , que se despide con tres platos fuertes. En el primero de ellos, alternan una figura, un confirmante y un joven triunfador; los tres, de línea clásica, sin tremendismos. Un cartel prometedor pero los toros de El ... Puerto de San Lorenzo han manseado y han flaqueado bastante, con un fondo de nobleza. Confirma sin brillo la alternativa el salmantino Alejandro Marcos : solamente está discreto y mata muy mal. Da muestras de su gran clase José María Manzanares pero no acabo yo de verlo en su mejor nivel y lleva una racha muy irregular con la espada, que era su gran baza. No defrauda ninguna expectativa Tomás Rufo : demuestra que no es flor de un día sino una apuesta segura, un valor indudable; roza de nuevo la Puerta Grande.
Manzanares no estuvo mal pero tampoco acabó de estar bien en 'su' Sevilla. En Madrid, con toros deslucidos de Victoriano del Río, pasó de puntillas: dos silencios y otra tarde con fallos en su habitualmente infalible espada. En el segundo toro, Malvarrosa, con nombre de playa, Rufo muestra cómo viene con un ceñido quite por gaoneras y sufre una tremenda voltereta, de la que sale milagrosamente ileso. El toro derrota fuerte por alto , surgen enganchones. Manzanares lo intenta pero no llega a sentirse a gusto. Quizá debiera haber insistido en los doblones, para ahormarlo. Todo queda a mitad pero lo salva con una gran estocada y saluda.
El cuarto, de ilustre nombre, Pitillito, flaque, y va rebrincado pero tiene un fondo noble. Tarda en centrarse con él José Mari: cuando lo ve claro y se confía, despliega su natural elegancia; sobre todo, en unos pases de pecho y cambios de mano lentísimos, que embelesan. Cierra la faena con bonitos ayudados pero ha perdido la regularidad con la espada, entra a matar con una postura muy rara. La gran estocada llega a la tercera. Nos ha dado solamente unos sorbos de arte pero deliciosos.
Alejandro Marcos es un diestro de buen corte, de inequívoca impronta salmantina. No sé si está ya curtido para superar la dureza –de toros y de público– de Las Ventas. El primero sale muy abanto y la gente se sorprende como si fuera algo insólito: es, simplemente, un toro manso, que también tiene su lidia. Sólo le permite unas chicuelinas (¿podría hacerse una moratoria para suspenderlas durante unos años?). En la muleta, el toro sí que embiste y humilla. Surgen pases correctos pero sin el mando suficiente . Mata muy mal.
El quinto flaquea, se mueve, embiste algo. La tarde se ha despeñado por la grisura. Alejandro está voluntarioso, movidito, manda poco, no redondea faena. Y lo peor: da el mítin con la espada. El público debe fijarse sobre todo en la forma de entrar a matar, tanto o más que en la colocación final de la espada. Así, desde luego, no cabe hacer bien la suerte .
Todos los focos están puestos en Tomás Rufo. Es lógico, después de las salidas a hombros en Sevilla y Madrid. De los jóvenes, es claramente la mejor promesa. Han apostado fuerte por él los Lozano , llevándolo a las principales Ferias y, desde que tomó la alternativa, no ha fallado en ninguna. Le toca esta tarde corroborar su categoría. El segundo flaquea mucho después de varas pero lo mantienen. ¡Decepción! El estilo de Rufo es impecable pero el toro cae al final de cada serie, lo desluce todo. Acierta cambiándolo de terreno pero tampoco ahí aguanta el toro. Resume mi vecino: «Le han sobrado cinco tandas». Tiene razón. Y la espada cae baja.
La Plaza, en pie
El último empuja y acaba derribando. Fernando Sánchez pone a la Plaza en pie con un par extraordinario . Aunque el toro flaquea, Rufo se pone a torear de verdad desde el primer momento, bien colocado, con facilidad y gran temple. Tira del toro, alarga las embestidas, liga derechazos monumentales; por la izquierda, el toro va menos, pero mandando, consintiéndole, también logra buenos naturales. Los doblones finales, rodilla en tierra, de pura escuela toledana, levantan un clamor. El estoconazo acaba de incendiar la Plaza. A pesar de la gran petición, el Presidente le otorga sólo una oreja, le niega la segunda y la salida en hombros. ¡Da igual! Por la suma de sus condiciones y su actitud, tiene al público de Madrid metido en el bolsillo.
No arriesgo nada proclamando que Tomás Rufo es ya primera figura del toreo: ya saldrá más veces por la Puerta Grande de Las Ventas . Todos los públicos van a querer verlo. Espero que nos haga disfrutar muchas tardes con la pureza clásica de su toreo.
POSTDATA. La empresa de Las Ventas ha anunciado ya tres interesantes novilladas para los tres próximos domingos . Me gustan los carteles pero echo en falta otra cosa: el domingo 12, el primero después de San Isidro, me hubiera gustado ver un mano a mano de Tomás Rufo y Ángel Téllez, los dos jóvenes que más han ilusionado a la afición. No sé si ellos lo aceptarían pero deberían hacerlo. Ése era el sistema que seguía don Pedro Balañá, el padre, y que tan buenos frutos le dio en Barcelona. Con ese cartel, ¿duda alguien de que se llenaría de nuevo Las Ventas?