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ABC Cultural

Puyazo al «procés»: ahora resulta que a Felipe V no le gustaban los toros y a Companys sí

Como los de la facción separatista catalana se enteren de que su mártir se dejaba las manos aplaudiendo en la Monumentalde Barcelona, les da un síncope

ÁLVARO MARTÍNEZ

Ahora que los toros podrían volver a Cataluña , este batallón echa la vista atrás para testar, memoria histórica en mano y más allá de los tratados de Derecho, las razones que también debieron tumbar aquel veto a la Fiesta decidido por la facción ... independentista de estos días al grito de «esto huele a España» . Marchemos, por ejemplo, al domingo 16 de agosto de 1936. Hacía casi un mes que España estaba en guerra aquel verano y Lluís Companys , a la sazón presidente de la Generalitat y al que tanto le gustaban los toros, presidía desde el palco de la Monumental de Barcelona el festejo organizado por la Asociación de Picadores y Banderilleros de Cataluña, que aprovechando el barullo y desconcierto que siguió al 18 de julio y el levantamiento, y como quien no quiere la cosa, habían confiscado para ellos la plaza. El objetivo de aquel festejo, recaudar fondos para las llamadas Milicias Antifascistas y los Hospitales de Sangre . Cuentan las crónicas de aquella fecha que «el generoso esfuerzo de los organizadores se vio coronado por el éxito, pues a su llamada respondió un público extraordinario que llenó hasta abarrotarlas todas las localidades de sol y gran parte de las de sombra». Hasta la bandera.

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