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ABC Cultural

Ponce despliega su toreo a las puertas de Madrid

CABRERA Enrique Ponce cortó una oreja y pinchó con la espada un triunfo mayor

Hasta que salió el cuarto el viaje a Aranjuez sólo merecía la pena por la visita al Real Sitio, por los espárragos y por las fresas. Los tres primeros, demasiado justitos. En todo, en presencia, en fuerzas y en bravura, que no permitió a los ... toreros estar más que dignos. Pero a ese cuarto, más toro que sus hermanos de Torrehandilla, Ponce lo cuidó mucho. Apenas un picotazo y a su buena clase tan solo se oponía su escaso poder.

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