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ABC Cultural

De la obra inacabada de Talavante al triunfo de Bautista en Colmenar

El extremeño pincha una faena plena de naturalidad; el francés corta dos orejas a un buen toro y Roca Rey logra un trofeo en la notable corrida de Jandilla

Alejandro Talavante se dobla con el toro Efe

ROSARIO PÉREZ

Si ser natural es la más complicada de las poses, Alejandro Talavante consigue el más difícil todavía, aunque a veces lo haga parecer fácil... ¡Qué naturalidad la suya! De aperitivo, su capote regaló dos verónicas y media con sabor. Sabor torero, ... como las ceñidas chicuelinas del quite y su airosa salida de la cara del emotivo toro de Vegahermosa . Le gustó el ejemplar y brindó al público una faena iniciada con unos ayudados por bajo que desembocaron en un molinete y un pectoral de aquí hasta allá. La derecha condujo luego la notable embestida, con personales pases de pecho. Repetía el toro, un poco rebrincado por momentos, y el extremeño ligaba los muletazos con emoción. Lo mayúsculo llegó al natural, con el corazón ofrecido en cuatro zurdazos sensacionales , hilvanados a un molinete, un afarolado, el de pecho y la firma mirando a las gradas. Y otra serie más, con el arrebato de desprenderse de la ayuda para trenzar una luquinas, con guiños al tendido. De postre, unas manoletinas con sello talavantino y un artístico cambio de mano. Todo estaba a punto de caramelo y de premio gordo , pero la montera había caído boca arriba y un niño presagió «mala suerte: lo va a pinchar». Y falló con el acero, como única mácula de su gran obra inacabada. Le buscó luego las vueltas al más deslucido quinto, con dos velocidades.

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