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ABC Cultural

Nuestro crucero de San Isidro

Dejamos la tierra firme de los sinsabores cotidianos para una travesía de casi un mes, en busca de la emoción que colme nuestras expectativas, y con el miedo al vacío que nos espera después del último toro de la Feria

San Isidro, en tarde de lleno Afp

François Zumbiehl

La Feria de San Isidro es comparable con el Festival de Cannes para el cine. Ahí desfila cada año lo más granado de la torería andante, del mundillo con miras al negocio, de la afición española y mundial, amén, por supuesto, del núcleo ... madrileño que lleva la voz cantante. Sin embargo, la excitación que sentimos, muchos de los abonados, a pocos días de que empiece, es parecida a la de unos pasajeros que se disponen a embarcar para el ansiado crucero. Sobre la seis de la tarde, dejamos la tierra firme de los sinsabores cotidianos para una travesía de casi un mes, en busca de la emoción que colme nuestras expectativas, y con el miedo al vacío que nos espera después del último toro de la Feria.

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