Feria de Fallas
La madurez lidiadora de Daniel Luque
El sevillano corta una oreja en el regreso de los toros a Valencia con una corrida de Victorino
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Iniciar sesiónVuelve la Feria taurina de Fallas: ¡qué alegría! Es la primera Feria de primera categoría de la temporada: vamos recuperando la tan ansiada normalidad. En Valencia, brillan al sol las placas de cerámica en la Estación Central, junto a la Plaza de Toros; suenan las ... tracas, retumba armónicamente la mascletá, huele a pólvora y a dorados buñuelos, desfilan las bandas, esperamos la 'plantá' de las Fallas... ¡Han vuelto los toros a Valencia! Esta vez, es una Feria con menos corridas pero con grandes carteles, que atrae a un público festero, apasionado, siempre cariñoso con los espadas.
A los serios toros de Victorino les falta en general algo de fuerza y emoción; los más difíciles, segundo y sexto. Daniel Luque demuestra su gran momento: corta una oreja, que pudieron ser dos y la puerta grande. Cumple Ferrera. Falla con la espada Román.
Hace una semana, Antonio Ferrera lidió seis victorinos e indultó uno en Olivenza; volverá a torear estos toros en Sevilla y en Madrid. ¡Un respeto! Superó su etapa inicial populista para llegar a ser un lidiador clásico. (¡Cuántos políticos actuales deberían seguir ese ejemplo!). A veces, le puede la tentación del barroquismo mexicano. Lidia con un original capote de seda azul, muy liviano, al primero, al que Fernando Sánchez coloca un par de mucho aguante. El toro queda muy corto, Antonio lidia con oficio pero sin brillo y mata a la tercera: un prólogo muy gris, como la capa de la res. Vuela lucido su capote azul en las verónicas de recibo y el quite al cuarto, noble pero justo de fuerzas. Vuelve a lucirse Fernando Sánchez, que cuadra en la cara del toro. Brinda al alguacilillo, que va a retirarse. Logra Antonio naturales suaves, de mano baja, tirando mucho del noble toro, que humilla mucho pero le falta chispa. A la tercera, la espada cae baja.
Durante la pandemia, Daniel Luque ha demostrado su recuperación: es, ahora mismo, uno de los mejores lidiadores. Lancea con temple al segundo, devuelto por flojo. El sobrero pega derrotes secos. Luque, muy sereno y seguro, tragando de verdad, le arranca muletazos en un trasteo de riesgo. La gran estocada es el digno remate de una faena de mucho mérito. Aunque el toro tarda en caer y suena un aviso, la oreja es indiscutible. Pocos diestros actuales hubieran logrado una faena semejante. Juega los brazos con soltura en el recibo al quinto, que dice poco y se defiende. Vuelve a estar muy seguro, metido al final entre los pitones, desafiándole. Le saca todo lo que el toro tiene y más. Esta vez no mata bien, pierde por la espada el trofeo y la puerta grande.
El valenciano Román ha sufrido muy graves percances, mantiene el atractivo de su valor sincero y su carácter abierto. El tercero embiste con temple pero flaquea de los cuartos traseros desde los primeros muletazos. Román se muestra tranquilo y decidido, la faena va a más pero está muy desconfiado con la espada (la huella de la cornada) y suenan dos avisos. El último transmite mucho. Brinda Román a Eloy Cavazos. Dándole distancia, logra muletazos emocionantes pero el toro se crece, no logra dominarlo y vuelve a matar muy mal. Tiene que resolverlo.
Casi tres horas ha durado la corrida: demasiado. Queda en el recuerdo la madurez de Daniel Luque, lidiador en sazón. Y la alegría de la vuelta de los toros a Valencia.
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