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Jesús Chover corta una oreja en Valencia

Interesante novillada de Los Maños

Jesús Chover, en una imagen de archivo Efe

Rafael Carrión

Una más que interesante novillada en su conjunto de Los Maños se lidió en Valencia, para conmemorar la festividad de la Comunidad Valenciana. Todos hicieron una más que aceptable pelea en el caballo y desarrollaron nobleza en sus embestidas en las faenas de muleta, exceptuando el quinto,que llegó al último tercio reservón y soltando la cara. El más completo fue el lidiado en cuarto lugar, noble y repetidor, aunque con más recorrido en sus embestidas por el pitón derecho.

Precisamente a este cuarto logró Jesús Chover cortarle la única oreja de la tarde, tras una labor basada en su mayoría por ese pitón, en la que la cualidad más sobresaliente del trasteo fue el saber cogerle la velocidad de la embestida y no dejarse tropezar la muleta. Cuando se quiso poner por el lado izquierdo, no acertó en la distancia ni en cogerle el ritmo a la embestida. Unas jaleadas manoletinas dieron paso a un pinchazo y una estocada de efecto rápido que le valió para pasear el trofeo. Con una larga a portagayola recibió a su primero, al que supo aprovecharle las buenas embestidas que tuvo por el lado derecho, mientras que tuvo codicia para seguir el engaño. Alargó demasiado la faena y pese a andar certero con la espada escuchó un aviso.

Borja Álvarez también escuchó un aviso antes de terminar con cada uno de sus oponentes. A su primero, al que consiguió torear bien a la verónica en algunos compases, después de un prometedor inicio de faena con la derecha, le acortó demasiado las distancias provocando que el novillo se parara pronto. Y al quinto, no le terminó de coger la velocidad dejándose tropezar los engaños, llevando a cabo una labor tan larga como voluntariosa.

Cristian Climent tuvo ocasión de lucirse con su primero al torearlo con la mano izquierda, sobre todo cuando acertó a rematarle los muletazos por bajo. Por el pitón derecho resultó más complicado, ya que al segundo muletazo tenía tendencia a meterse por dentro. Con el sexto no terminó de confiarse y el novillo terminó por desarrollar cierto sentido y le hizo pasar un mal rato.

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