San Isidro
Isaac Fonseca quiere ser torero
El mexicano pierde el trofeo por la espada, igual que Álvaro Burdiel; Santana Claros sufre una cornada de 15 centímetros
Isaac Fonseca, en un pase cambiado por la espalda
Un año más, se guarda el minuto de silencio por Gallito, el rey de los toreros. Un interesante cartel atrae a mucho público. Las reses del Conde de Mayalde, de encaste Domecq, que pastan en Toledo, han triunfado en varias plazas. Los castaños y colorados ... de esta tarde muestran casta y nobleza aunque dos flojean. Pierde el trofeo por la espada pero causa sensación el mexicano Isaac Fonseca; igual que Álvaro Burdiel, por su buen estilo; sufre una cornada Santana Claros, operado de una herida en el muslo derecho de 15 centímetros, con destrozos en el músculo recto anterior, de pronóstico reservado.
Con sus dos apellidos se anuncia Santana Claros, de Fuengirola, paisano de Miguel Márquez y Antonio José Galán. Lleva ya diez años toreando con caballos. En el primero, recibe un pitonazo al banderillear y saluda Ambel. Santana muestra su estética solemne, vertical, en los naturales pero no logra dominar del todo al encastado novillo, que se ha venido arriba. Sufre un volteretón al volcarse con la espada. Ha recibido una cornada en el muslo pero aguanta hasta que acaba el festejo. Al cuarto le pegan mucho en varas, tapándole la salida; se mueve, algo rebrincado. Santana está muy decidido pero el trasteo resulta desigual. Mata perpendicular. Ha tenido el lote más complicado.
El mexicano Isaac Fonseca, de Morelia, está ahora mismo en boca de todos por su gran triunfo de Valencia, hace una semana, al cortar tres orejas, en una actuación de entrega absoluta. Vino a España a la Escuela de Colmenar. Ya ha triunfado en el Camino hacia las Ventas, el Alfarero de Oro y la Liga Nacional de Novilladas. Recibe con verónicas y chicuelinas al segundo, que pelea bien en varas, embiste con nobleza pero blandea mucho. Isaac lo mantiene con oficio y entrega, lo ve claro y corta. Mata hasta la mano. Traza buenas verónicas, cargando la suerte, en el quinto, al que apenas pican; quita por gaoneras ceñidas. (Saluda Raúl Ruiz). Comienza con muletazos cambiados, de rodillas, en el centro. Liga derechazos ceñidos; recurre a los alardes, entre vivas a México. Además de entrega, se le ve claridad de ideas, oficio y gran ambición. Mide bien la duración de la faena. Dos veces pincha en lo alto y pierde la oreja pero ha rozado el gran triunfo: llorando de rabia, da la vuelta al ruedo.
Álvaro Burdiel nació en Sevilla pero vive en Pozuelo de Alarcón: en el 'politiqués' actual, ¿a qué 'nacionalidad' le adscribimos? Causó buena impresión en Valdemorillo: «aroma de torero bueno», escribió Rosario Pérez. El maestro Ortega Cano, que lo apodera, me ha contado lo ilusionado que está con él. Luce su buen estilo con el capote en el tercero, también noble y flojo, pero que, después de una voltereta, se viene abajo, en la muleta. La suavidad y el buen gusto de Burdiel se estrellan. Mata a la segunda. En el sexto, que derriba y repite, incansable, vuelve a mostrar su clase en los muletazos por los dos lados, que entusiasman, pero mata mal: ha de mejorar en esa suerte pero deja excelente impresión.
El resumen es claro: Isaac Fonseca quiere ser torero y va a serlo. En su honor, repito el título de la película que rodó en México el genio ruso Eisenstein y que incluye un episodio taurino: «¡Que viva México!»