Hazte premium Hazte premium

El hartazgo de «toreritos miedositos y empalagositos», según Corrochano

«En tauromaquia desconfiad siempre de los diminutivos», escribió en ABC en una irónica crónica de la feria de Salamanca

Gregorio Corrochano ABC

Ángel G. Abad

Lo de toreritos elegantitos, finitos y habilidositos no es nada nuevo. Y como muestra de que todo está inventado, hace cien años el histórico crítico de ABC, Gregorio Corrochano , ya mostraba su hartazgo sobre el uso de los diminutivos para calificar a los diestros y sus cualidades.

En una de sus crónicas de la feria de Salamanca de ahora hace un siglo, Corrochano era claro: «En tauromaquia, desconfiad siempre de los diminutivos », y explicaba que había llegado a esa conclusión tras una experiencia, «no muy larga, pero sí muy intensa».

«Es muy torerito», «es muy apañadito», «es un torero finito y elegantito», «es habilidosito», citaba como ejemplos. «Todos estos elogios terminados en otro, y muchos más que la afición aplica a los toreros modernos , a poco que pongamos cuidado en ellos, veremos que estos elogios terminados en ito, y mucho más que elogios son, si no censuras, limitaciones del propio elogio que se lanza con tibieza y cortedad».

Sánchez Mejías, sin «ito»r

«No nos atrevemos a decir abiertamente es muy torero y decimos es muy torerito, achicando la personalidad», y va más allá sin reparos: «Además da la coincidencia de que los toreros que son muy toreritos son también muy miedositos, y el publiquito ya está hartito porque estos angelitos son muy empalagositos».

La crónica de la feria septembrina de Salamanca decía que Chicuelo y Juan Luis de la Rosa no gustaron, todo lo contrario que Ignacio Sánchez Mejías , que no tenía club de seguidores en la capital salmantina, «ni tampoco tiene ito, y ni es bonito, ni elegantito ni torerito, ni frío de cuello».

Y tras explicar los porqués de la mala tarde de Chicuelo y De la Rosa, remata su crónica no sin dejar las cosas claras : «¡Si quien está ya nervioso y a pique de ponerse neurasténico es el público, de tanto torerito apañadito, bonito y miedosito!». Y cien años después la historia se repite tantas tardes... Vamos, que no hay nada nuevo bajo el sol.

Esta funcionalidad es sólo para suscriptores

Suscribete
Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación